Evangelio Diario y Meditación
«Sígueme». El se levantó y lo siguió.
Evangelio Diario y Meditación
+Santo Evangelio:
Evangelio según San Mateo 9,9-13.
Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.
Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».
+Meditación:
San Jerónimo
Los otros evangelistas ( Mc 2 y Lc 5) no quisieron llamarle por respeto y por honor del mismo Mateo con el nombre con que vulgarmente era conocido, sino que le llamaron Leví, de suerte que tuvo dos nombres. Pero el mismo Mateo, atendiendo a aquello de Salomón: «el justo es acusador de sí mismo» ( Prov 18,17), se llama a sí mismo Mateo y publicano. Todos los que lean este proceder, deben deducir, que nadie debe desesperar de su salvación si ha dejado su mala vida, puesto que él fue mudado de repente de publicano en Apóstol.
San Agustín responde en este lugar a la acusación de Porfirio y Juliano. Estos sostenían que el evangelista se había equivocado al referir este hecho y que es una necedad de los discípulos de Cristo el haberle seguido tan precipitadamente sin tomarse tiempo alguno para reflexionar, como si pudieran, sin razón alguna, haber seguido a cualquier hombre. Mas no es así, porque está fuera de duda que los apóstoles antes de creer vieron una multitud de prodigios y de virtudes. Además, el brillo mismo y la majestad de la divinidad oculta, que tanto resplandecía en su aspecto humano, podían muy bien atraer al momento a todos cuantos le contemplaban. Si la piedra imán tiene fuerza para atraer al hierro, cuánto más el Señor de todas las criaturas podía atraer a sí a los que El quería.
Tertuliano, apoyado en las palabras de la Escritura: «No habrá impuesto en Israel» (como si Mateo no hubiera sido judío), dice que los publicanos eran los gentiles. No es admisible esta opinión, puesto que Jesús no come con los gentiles, con el objeto de que no se interprete que ignora el consejo que dio a sus discípulos: «No vayáis por el camino de los gentiles» ( Mt 10,5). Habían visto los publicanos que Mateo, siendo publicano, se convirtió de pecador en perfecto, tuvo medios de arrepentirse y ellos, consiguientemente, no podían desconfiar de su salvación.
+Comunión Espiritual:
De Santa Margarita María Alacoque: “Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.