Mark Wahlberg no se amilana ante el NOM
“No necesito esa ideología woke en mi vida”
Ha rechazado un proyecto de la progre Disney, de 2.000 millones de dólares.
El actor católico y estadounidense Mark Wahlberg no se ha amilanado ante el Nuevo Orden Mundial (NOM) ni su último meneo ideológico progre: “No necesito esa ideología woke en mi vida”, ha referido.
Pero no sólo se ha mostrado contrario con las palabras, sino que también se ha atrevido a rechazar un proyecto de la progre The Walt Disney Company de 2.000 millones de dólares (unos 1.810 millones de euros), según recogen las redes sociales y alguna página web. La mayoría no se hace eco, como era de esperar, pues les gusta mucho más seguir al NOM, el progresismo y lo políticamente correcto.
Wahlberg es uno de los pocos actores que se ha atrevido a levantar la voz ante el progresismo imperante en Hollywood, y que defiende su fe: “No quiero imponerla a nadie, pero no niego mi fe. Eso es un pecado aún mayor. Sabes, no es popular en mi industria (…), pero es importante para mí compartirla con la gente”, refirió en una entrevista en la NBC. “Quiero compartir mi fe con la gente, es decir, ya sea ayunando, haciendo más ejercicio, desapegándose de otras cosas o simplemente pasando más tiempo con Dios en oración o en una reflexión personal, creo que todas esas cosas son importantes. Para mí, la fe lo es todo, me ha brindado muchas cosas”, apuntó en declaraciones a Variety. Además, en la final de la Super Bowl apareció en un anuncio de la aplicación católica Hallow, junto al actor Jonathan Roumie, invitando a rezar; y más adelante, con motivo del Miércoles de Ceniza, volvió a hablar de su fe en Dios y de que forma parte de su vida en Fox News.
Wahlberg (famoso por sus papeles en películas como La tormenta perfecta, El Planeta de los simios, The Italian Job, Shooter, The Fighter, Contrabando, Ted, Transformers, Patriots Day y El milagro del padre Stu, entre otras) no ha sido el único que ha cargado abiertamente contra la ideología woke. También lo hizo el multimillonario Elon Musk, dueño de la red social X (antes Twitter) y director ejecutivo de Tesla y Space X, entre otras empresas. Musk señaló que “el virus woke es el comunismo rebautizado” y ha pedido que “los padres contraataquen” la ideología de género, también ha condenado la realización de procedimientos y cirugías de cambio de sexo en niños, e incluso ha explotado contra dicha ideología: “Mi hijo Xavier está muerto, asesinado por el virus de la mente progresista”.
Elon Musk también explotó contra la ideología de género: «Mi hijo Xavier está muerto, asesinado por el virus de la mente progresista»
Musk también ha criticado a Netflix y a Disney por seguir la ideología woke. Es más, llegó a referir que la crisis de Netflix se debía al “virus woke” que impulsa y a considerar un error que Disney impulse el “virus woke”, animando a que el público lo boicotee. Próximamente, también podría cargar contra la plataforma de streaming HBO, propiedad del conglomerado audiovisual Warner Bros. Discovery (controlado en un 71% por la teleco AT&T), que también insiste en la ideología woke, al apostar por personajes ‘inclusivos y diversos’ en la serie de Harry Potter que prepara.
El proyecto de 2.000 millones de dólares de Disney, que se rumorea que será una mezcla entre Los Vengadores y Frozen, iba a presentar a Wahlberg en el papel principal, como un conductor de quitanieves con un conflicto moral que descubre sus verdaderos superpoderes mientras lucha contra un ejército de osos polares conscientes del medio ambiente pero incomprendidos. Según fuentes internas, se esperaba que la película abriera nuevos caminos en el universo cinematográfico de Disney, entrelazando el cambio climático, la responsabilidad corporativa y una subtrama sincera sobre comunidades inclusivas de muñecos de nieve.
Con Wahlberg al mando, la película estaba preparada para atraer a espectadores de todos los grupos demográficos. Después de todo, la combinación única agallas y fervor religioso de Wahlberg lo han convertido en un favorito de los fans durante décadas. Pero en un sorprendente giro del destino, el proyecto ahora enfrenta un futuro incierto.
Entonces, ¿qué era exactamente ese “despertar” que a Wahlberg le resultaba tan insoportable?
“Bueno, para empezar, querían que usara un uniforme de quitanieves con los colores del arco iris. Les dije: ‘No, eso no va a pasar. Mi quitanieves es de fabricación estadounidense y es rojo, blanco y azul’. También querían reemplazar a mi compañero, que se suponía que era un golden retriever llamado Patriot, por un pingüino pansexual de género fluido”, según le dijo Wahlberg a un amigo cercano mientras jugaban al golf en un lugar no revelado. “Vamos, un hombre no puede soportar tanto”.
La resistencia de Wahlberg a los supuestos cambios en el guion no se detuvo allí. Según otras fuentes, el estudio también tenía previsto que su personaje asistiera a un seminario de sensibilización dirigido nada menos que por Olaf de Frozen, que recientemente había sido reinterpretado como defensor de la justicia social y activista climático.
“Ahí fue donde tracé el límite”, le confesó Wahlberg a un entrenador personal en un gimnasio local. “Estoy totalmente a favor de salvar el planeta, pero no voy a aceptar órdenes de un muñeco de nieve que habla y ni siquiera puede mantener la cabeza en su sitio”.
La decisión de Wahlberg de renunciar a un pago de 2.000 millones de dólares ya ha encendido un intenso debate sobre la creciente brecha entre las estrellas de acción tradicionales de Hollywood y el impulso de la industria hacia la inclusión. Si bien Wahlberg nunca ha rehuido la controversia (ya sea por su amor por el catolicismo o por su carrera de rap pop de principios de la década de 2000), esta última medida lo ha convertido en un defensor de lo que muchos consideran el grupo anti-woke.
Los críticos de la reciente dirección de Disney sostienen que la compañía se ha alejado demasiado de sus raíces. Atrás quedaron los días de las historias simples sobre sirenas y vaqueros espaciales, dicen. En cambio, ahora el público está siendo bombardeado con narrativas que transmiten mensajes sobre políticas de identidad y sostenibilidad. Para algunos, el cambio de rumbo de Disney representa un reflejo necesario del mundo actual. Para otros, como Wahlberg, es una “concienciación” descontrolada.
“Mark está defendiendo al espectador de cine estadounidense promedio”, dice Brock Steelman, director de la recién formada coalición “Actors Against Wokeness”, que cuenta con 37 miembros descontentos ex estrellas de acción y celebridades de segunda categoría. “Está diciendo: ‘Ya es suficiente’. Solo queremos ver películas donde los malos pierden, el héroe bebe una cerveza y el perro vive”.