Las graves consecuencias de un video
Tensión y miedo por los cristianos en Hyderabad, una ciudad en la provincia de Sindh, al sur de Paquistán. Marchas de protesta enfurecidas por la difusión de la película blasfema sobre Mahoma, “La inocencia de los musulmanes”, se suceden en continuación desde hace tres días y han puesto en la mirilla, por venganza, a los edificios y las instituciones cristianas.
Como informa a La Agencia Fides el p. Samson Shukardin OFM, Vicario General de la Diócesis y Director de la Comisión diocesana “Justicia y Paz”, «la situación es tensa, y entre los cristianos, existe una gran preocupación y temor. Mañana está prevista otra manifestación. Los radicales dicen que no se detendrán hasta que la película no sea prohibido en la web y sus autores castigados». En la tarde del domingo, 16 de septiembre, más de 8.000 musulmanes radicales salieron a las calles gritando consignas anti-cristianas, quemando cruces, tratando de atacar a las instituciones cristianas.
La multitud se acercó a la catedral católica de San Francisco Javier, tirando piedras y rompiendo las vidrieras de la iglesia, protegida por una muralla. Desde los pisos superiores de algunas casas cercanas dispararon contra la puerta de la Catedral que estaba cerrada. Los fieles no pudieron ir a la misa vespertina de la 18. Una religiosa y su conductor, el laico católico Amir Masih, que querían entrar con el coche en el complejo, han sido detenidos, amenazados y sacudidos con violencia. La religiosa estaba aterrorizada y en medio del caos, el conductor fue herido por un disparo en la pierna y ahora está en el hospital. «Y todo esto a pesar de que todos los líderes y los fieles de las minorías religiosas, entre ellos el Obispo de Hyderabad, Mons. Max John Rodrigues, han participado en una manifestación de solidaridad hacia los musulmanes en el centro de la ciudad, para condenar la película blasfema», señala el padre Shukardin.
«Los radicales – explica – identifican a los Estados Unidos con el cristianismo y la toman con nosotros, una pequeña minoría en el país». Ayer, 17 de septiembre, una marcha de protesta trató de forzar la puerta del hospital católico Santa Isabel, un centro de excelencia de la ciudad. «Pero un gran grupo de jóvenes cristianos y musulmanes, impidió que ocurriese, defendiendo el hospital», explica a Fides con preocupación el laico católico James Francis, director de la estructura. «La policía ha desplegado dos patrullas de agentes cerca del hospital y muchos ciudadanos lo han defendido – refiere Francis – impidiendo que fuese violado y saqueado. La situación está ahora bajo control, gracias a la responsabilidad de la policía y de las instituciones», dice el administrador.