
“La Iglesia pierde sangre”
Fray Clodovis Boff publica una carta abierta al CELAM
Fuente: ZENIT – Español
“¿Cuándo nos hablarán del Dios vivo, de la gracia, de la salvación, de la oración, de la adoración?”, pregunta el fraile, miembro de la orden de los Siervos de María y antiguo referente de la Teología de la Liberación. Con una mezcla de aflicción y franqueza, confiesa que lo que escucha una y otra vez desde hace décadas en los documentos eclesiales del continente es una repetición mecánica de la misma consigna: “social, social y social”.
En una carta abierta que se ha convertido en eco incómodo y lúcido dentro del ambiente eclesial latinoamericano, el teólogo brasileño Fray Clodovis Boff ha lanzado una severa advertencia al Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam): la Iglesia, afirma, corre el riesgo de desdibujarse si continúa subordinando su dimensión espiritual al discurso social. La misiva, dirigida a los obispos que participaron en la 40ª Asamblea General Ordinaria del Celam celebrada a finales de mayo de 2025, no escatima palabras. “¿Cuándo nos hablarán del Dios vivo, de la gracia, de la salvación, de la oración, de la adoración?”, pregunta el fraile, miembro de la orden de los Siervos de María y antiguo referente de la Teología de la Liberación. Con una mezcla de aflicción y franqueza, confiesa que lo que escucha una y otra vez desde hace décadas en los documentos eclesiales del continente es una repetición mecánica de la misma consigna: “social, social y social”.
La crítica no parte de un rechazo al compromiso con los más pobres, sino de una preocupación teológica más profunda: según Boff, muchos discursos eclesiásticos han desplazado a Cristo de su lugar central, reduciendo la espiritualidad cristiana a una herramienta funcional para la transformación sociopolítica. Esta tentación, que ya denunció en 2007 cuando replanteó su adhesión a la Teología de la Liberación, aparece ahora reforzada con lo que él percibe como un “pudor” creciente de hablar abiertamente del misterio de Dios en el lenguaje eclesial. “La Iglesia pierde sangre”, advierte con crudeza, aludiendo al retroceso del catolicismo en varios países de América Latina y al vaciamiento paulatino de templos, conventos y seminarios. A su juicio, este debilitamiento espiritual no está siendo asumido con la gravedad que merece por quienes tienen la responsabilidad de pastorear al pueblo de Dios. “¿Dónde está Cristo en esta Iglesia en salida?”, pregunta, criticando una imagen eclesial excesivamente institucional y poco centrada en el anuncio explícito de Jesucristo. Boff también analiza el contraste entre la carta del Papa León XIV dirigida al Celam —donde se habla del Resucitado como fuente de esperanza— y la respuesta del organismo episcopal, que, a su juicio, diluye el núcleo del mensaje cristiano bajo un lenguaje genérico, sin contenido espiritual concreto. “Una Iglesia sin Cristo en su centro corre el riesgo de convertirse, como dice el propio papa Francisco, en una ONG piadosa”, escribe.
Sin embargo, el teólogo no se limita a la denuncia. Su llamado es también propositivo: pide un reequilibrio urgente que no niegue la dimensión social, pero la integre dentro de una fe encarnada en la vida de oración, en el anuncio de la salvación, en la centralidad de la Eucaristía y en una escatología viva. Es hora —afirma— de “sacar a Cristo de la sombra”.
El tono del texto es pastoral y casi suplicante. No hay condena, pero sí una preocupación insistente por lo que percibe como una deriva eclesial. “Las almas piden lo sobrenatural —escribe—, y ustedes insisten en darles lo natural”. Fray Clodovis no está solo en su diagnóstico: afirma que incluso sectores seculares están redescubriendo la necesidad de espiritualidad, mientras la Iglesia parece empeñada en hablar un lenguaje que no sacia la sed de trascendencia. En declaraciones posteriores, el fraile reveló que el presidente del Celam, cardenal Leonardo Ulrich Steiner Spengler, recibió la carta con apertura, aunque no se ha hecho público aún ningún posicionamiento oficial al respecto. Con todo, la carta ya circula y resuena como un espejo incómodo dentro de una Iglesia que, mientras debate su presencia social, parece interpelada por una pregunta más radical: ¿dónde está el lugar de Cristo en su palabra, su misión y su corazón?
Más que una ruptura, el texto de Boff es una súplica. Y como toda súplica, nace de una fidelidad: la de quien ama a la Iglesia lo suficiente como para decirle lo que no quiere oír.
Fuente: ZENIT – Espanol