
S.S. Francisco I: «Me vinieron a buscar al fin del mundo»
El nuevo pontífice pidió después rezar por el papa emérito Benedicto XVI: “Oremos para que el Señor lo bendiga y para que la Virgen María lo proteja».
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió hoy en el papa Francisco I, el primer latinoamericano y el primer jesuita en ocupar la Cátedra de Pedro, elegido en la quinta votación del cónclave que buscaba al sucesor de Benedicto XVI, quien renunció al pontificado por «falta de fuerzas».
Los cardenales «me vinieron a buscar al fin del mundo», dijo en italiano, ante una multitud, en su primera aparición desde el balcón de la basílica de San Pedro. «Gracias por el recibimiento», agregó.
El flamante pontífice pidió después rezar por el papa emérito Benedicto XVI: “Oremos para que el Señor lo bendiga y para que la Virgen María lo proteja».
Francisco I pidió también a la multitud que “recen por mí”, como acostumbraba a hacerlo con cada persona que se encontraba en la calle o cuando tomaba el subterráneo para recorrer las parroquias porteñas.
«Oremos los unos por los otros y todos por el mundo, para que haya una gran fraternidad», exhortó.
El nuevo pontífice rezó un padrenuestro y un avemaría ante la multitud que lo ovacionaba.
«Mañana pediré a la Virgen que proteja Roma. Buenas noches a todos y que descansen», se despidió en italiano.
En la plaza de San Pedro se pudieron ver varias banderas argentinas y muchos de los presentes le gritaban que dijera unas palabras en castellano, pero no lo hizo.
A las 15.05 hora de Buenos Aires, el humo blanco salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando que los católicos tenían nuevo Papa.
Casi 50 minutos después el cardenal protodiácono, el francés Jean Louis Taurán, anunciaba al mundo en latín “habemus papam” y daba a conocer el nombre del argentino Bergoglio.
El Santo Padre Francisco I, Jorge Mario Bergoglio, pidió en su mensaje a los miles de fieles que aguardaban el anuncio de quien sería el 266 Papa de la Iglesia Católica en la Plaza de San Pedro y en todo el mundo a través de los medios de comunicación social que elevaran una plegaria para rezar por él.
“Les pido una plegaria en silencio para su obispo”, expresó el Pontífice a los romanos, antes de impartir la bendición Urbi et Orbi, en perfecto italiano. “Recen por mí”, insistió al despedirse de los miles de fieles que lo aguardaban expectante.
El nuevo obispo de Roma mencionó en varias ocasiones antes de llegar a Roma para participar del cónclave el deseo de que los fieles recen para que el Espíritu Santo iluminara a los cardenales en la grave decisión de escoger al Vicario de Cristo sobre la Tierra.
La frase “Recen por mí” era el pedido con el que hasta hoy, miércoles 13 de marzo, arzobispo de Buenos Aires, cerraba todas sus alocuciones y homilías.
(AICA)