Siria y las graves dudas fundadas.
Esta recopilación de datos no intenta justificar el abuso, violencia y terrorismo desarrollado por todos los sectores involucrados en los pueblos de Oriente, pero si advertir sobre las razones de que solo fortaleciendo los medios pacíficos se puede evitar la muerte de inocentes.
Un Nobel de la paz belicoso: Obama señala que “estamos listos para atacar Siria cuando sea necesario”
Pero hay que de modo urgente merecen ser considerados.
Tras la puesta en escena de John Kerry y posteriormente de Barack Obama, quedaban pocas dudas sobre la respuesta militar que la Casa Blanca prepara contra objetivos sirios, por el supuesto uso de armas químicas por el régimen de Damasco, quedaron del todo solventadas: “Estamos listos para atacar cuando sea necesario”.
Según el Ejército Sirio Libre, las autoridades sirias bombardearon con gas sarín la región de Ghoutta, en la periferia de Damasco, el miércoles 21 de agosto de 2013, causando en total 1.700 muertos. Esta alegación fue comentada de inmediato por las autoridades alemanas, británicas y francesas, que llamaron a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para que se autorice a los observadores de la ONU a investigar en el terreno. Las noticias al respecto están siendo repetidas constantemente por la prensa atlantista, que presenta además dichas alegaciones como hechos consumados.
Salta a la vista, sin embargo, la torpeza de esta nueva operación de propaganda. Como puede comprobarse a través de YouTube, los videos que supuestamente muestran la masacre cometida el 21 de agosto fueron publicados en YouTube por la cuenta identificada como «Majles Rif»… el 20 de agosto. ¡¡Un día antes!!
Algunas de las fotografías difundidas ahora por la prensa atlantista ya fueron utilizadas anteriormente para acusar al ejército de Egipto de haber cometido una masacre en un campamento de la Hermandad Musulmana en El Cairo.
Rusia ha declarado que, según los datos que están en su poder, el pasado 21 de agosto, las armas químicas en los suburbios de Damasco fueron empleadas por la oposición armada y no por las tropas gubernamentales. Las acusaciones contra el régimen de Bashar Asad se basan en informaciones no confirmadas.
La campaña agresiva instrumentada por los medios regionales y occidentales no hace sino confirmar que se trata de una “provocación planeada de antemano…”, se dice en un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. No es la primera vez que se cometen tales provocaciones.
Los combates al este de Damasco realmente continúan, pero, según han aclarado, el panorama de los sucesos está desvirtuado al máximo.
Ya en 2003, Estados Unidos utilizó la acusación de posesión y uso de gases de combate por parte del gobierno de Irak como justificación para agredir ese país. El entonces secretario de Estado Colin Powell llegó incluso a mostrar a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU una ampolleta de gas licuado como prueba de aquellas alegaciones. Sólo después de la destrucción de Irak, el propio Powell reconoció que aquellas supuestas pruebas eran falsas y que él mismo había mentido a la comunidad internacional.
Estos son los videos:
El diario del Vaticano, el Ossservatore Romano, criticó este lunes a los gobiernos occidentales. El diario criticó la falta de «prudencia» de los occidentales que contemplan esta posibilidad.
«Los ecos de una intervención armada de los países occidentales son cada vez más insistentes y menos contenidos por el deber de prudencia. Diversos representantes de estas naciones se dicen convencidos del carácter fundado de la acusación de uso de armas químicas por el ejército sirio, una cuestión sobre la que hay en curso una investigación de la ONU», señala el diario del Vaticano.
Además no son solo las autoridades sirias y sus aliados los que están cometiendo atrocidades. El llamado Ejército Sirio Libre, que es apoyado E.E. U.U., es reconocido por su radical aversión a los crisitanos desarrollando una sangrienta persecusión, tortura y asesinato sobre los sirios-crisitanos, de la cual, a pesar de las denuncias de las Iglesias, se ha guardado silencio en los medios de prensa adeptos a la oposición de los “combatientes de la libertad” son yihadistas llegados a Siria para instaurar un emirato islámico y sembrar el terror y el horror. Sus “gloriosos” actos de guerra están justificados por fatuas emitidas por religiosos islámicos que autorizan la violación el asesinato, la tortura y demás perversidades en nombre de la santa yihad.
La página Facebook del mayor grupo cristiano sirio ha publicado fotos de niñas siria criatianas, víctima de la brutalidad y el salvajismo sin nombre de los “combatientes de la libertad” apadrinados por intereses Occidentales, que buscan una estratégica reacción.
Cerca del 95% de los “combatientes de la libertad” son yihadistas llegados a Siria para instaurar un emirato islámico y sembrar el terror y el horror. Sus “gloriosos” actos de guerra están justificados por fatuas emitidas por religiosos islámicos que autorizan la violación el asesinato, la tortura y demás perversidades en nombre de la santa yihad.
La foto de niñas, con su rostros desigurados, petrificado para siempre en el sufrimiento, porta los estigmas del horror padecido.
Como en todas partes en los países entregados a la violencia de las guerras que el islam lleva en sí, los inocentes son los que sufren y padecen quedando en el olvido, mientras quienes se protejen tras un arma y un casco, terminan entre honores y pensiones de por vida.
El papa Francisco, el pasado domingo, se refirió de modo explícito a esta cuestión alzando la voz para subrayar la necesidad de que se pare el ruido de las armas: “No es el enfrentamiento lo que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, sino la capacidad de encuentro y de diálogo”, dijo al final del ángelus.
También se han expresado públicamente otros obispos; entre ellos, Mons. Antoine Audo, obispo católico de Alepo, quien ha alertado, de modo muy claro, que una intervención armada en Siria supondría el riesgo de una guerra mundial. La comunidad internacional, insistió, debe ayudar a dialogar y no a hacer la guerra.
Pero quizá de un modo más decidido aun ha hablado Hilarión de Volokolamsk, arzobispo ortodoxo que preside el Departamento para las relaciones externas del Patriarcado de Moscú. El arzobispo advierte de los posibles desarrollos que podría desencadenar esta crisis: “Una vez más – dice -, como en el caso de Iraq, los Estados Unidos se comportan como justicieros internacionales”.
Parece sensato pensar que, sin el aval de las Naciones Unidas, un solo país, o una alianza de países, por poderosos que sean, no pueden decidir, de modo unilateral, el destino de Siria.
No se trata de condenar una “injerencia humanitaria”. Pero hay que pensar muy bien si una intervención armada externa entra dentro del marco de lo que podemos considerar “injerencia humanitaria”.
Cualquier guerra, cualquier decisión de recurso a las armas, ha de ser proporcionada y ha de calibrar los posibles efectos. ¿Hay alguna garantía de que la intervención en Siria solucione algo sin provocar males mayores?
¿Qué pasará con los cristianos de Siria? Se trata de un tema que parece no preocupar en nada a Occidente. ¿A quién beneficiaría una operación similar? ¿A los demócratas o a los extremistas radicales? También la población musulmana, mayoritaria en ese país, sufriría de modo incalculable.
El recuerdo de Iraq está muy cerca. Lo suficientemente cerca como para no repetir errores. El papa Juan Pablo II hizo, en su día, todo lo posible para evitar esa guerra. Sin éxito. Ojalá no tengamos con Siria un “Iraq II”, o algo mucho peor.
A las autoridades de los Estados, y no a los religiosos, les compete tomar ese tipo de decisiones (cf Catecismo 2309). Esperemos que se dejen guiar por la prudencia.