Segundo día del Papa en el hospital.
Las condiciones de salud de Juan Pablo II «están mejorando y hoy estamos más optimistas que ayer», declaró el ministro italiano de Sanidad, Girolamo Sirchia, tras visitar al papa en el hospital Gemelli, donde fue internado este martes. Aseguró que el boletín emitido horas antes por el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls y según el cual Juan Pablo II mejora, «es absolutamente verdadero» y «corresponde exactamente a las condiciones en las que el Sumo Pontífice se encuentra». El Ministro italiano estuvo por una media hora en el hospital capitalino Gemelli, para conversar con los médicos que atienden al papa, internado por una crisis respiratoria. El Papa Juan Pablo II ha pasado su segunda noche en el Policlínico Gemelli de Roma en medio de una aparente calma y se espera que durante la mañana de hoy se haga público el segundo informe médico sobre su estado de salud. En la Santa Sede existe la confianza de que Juan Pablo II sea dado de alta en pocos días, tal y como señaló anoche el cardenal secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano, que aseguró que el Obispo de Roma podía incluso haber recibido tratamiento en el Vaticano pero se optó por hospitalizarle por precaución. En el hospital Gemelli continúan congregados decenas de periodistas y cámaras que han pasado la noche en alerta a la espera de novedades sobre la salud del Obispo de Roma, de 84 años, que permanece en una zona reservada expresamente para él en la décima planta del centro. Ante su mejoría no se excluye la posibilidad de que el anciano Pontífice, de 84 años, rece el Angelus del próximo domingo desde su habitación del Policlínico, como ya hizo en otras ocasiones anteriores en las que estuvo ingresado en el mismo hospital. El décimo piso donde se encuentran las habitaciones papales sólo está parcialmente cerrado al público, dijo Nicola Cerbino, portavoz del hospital. Hay pacientes que necesitan ser atendidos en ese piso. La Policlínica Gemelli es una enorme institución católica de enseñanza ubicada a unos cuatro kilómetros del Vaticano. El hospital se encontraba el miércoles bajo intensas medidas de seguridad, aunque discretas, con cuatro patrullas de policía apostadas frente al edificio. La noticia de que el Papa había sido hospitalizado provocó que llegaran hordas de periodistas. El vestíbulo estaba atestado de cámaras, luces de televisión y reporteros, mientras que otros se ubicaron en una colina justo frente al complejo de la clínica, desde donde podían ver las ventanas de la habitación del pontífice. En la calle se reunieron grupos de fieles y peregrinos para orar por el Papa. Algunos polacos le ofrecieron rosas rojas y blancas, y un grupo de unos 10 estudiantes australianos tocaron la guitarra y cantaron «Wonderwall» de la banda británica Oasis justo frente a la entrada del hospital.