Santo Rosario para la rehabilitación de drogadictos
Un centro de rehabilitación para adicción a las drogas, ubicado en el Santuario de Nuestra Señora de La Vang, el más importante lugar de culto mariano en Vietnam, se apoya en el Santo Rosario para ayudar a sus pacientes.
Esta es la obra del sacerdote y monje Benedictino, P. Francis Xavier Tran An, quien padeció la adicción a las drogas en carne propia y atribuye a la oración mariana su recuperación.
Los jóvenes en rehabilitación encuentran en la Santísima Virgen fuerza y consuelo para su rehabilitación. Cada día, a las dos de la tarde, el sacerdote preside el rezo del Santo Rosario con un grupo de 20 jóvenes con problemas de drogas, en la capilla del Centro Huong Thien para la Rehabilitación de la Droga. Luego de la oración, los jóvenes realizan una lectura y tienen un espacio de reflexión.
El Santo Rosario «me ayuda a acercarme a Dios y sentir paz, perdón y misericordia de Él y de la Madre María», expresó a UCA News Simon Cao Van Ha, uno de los residentes. Su adicción a las drogas, que comenzó en 2008, lo llevó al crimen y la cárcel durante un año. «Ahora me concentro en sostener en mi mano el Rosario en lugar de un cuchillo», afirmó.
Sus intentos anteriores de rehabilitación anteriores fracasaron, y su permanencia durante un año y medio en un centro estatal no tuvo ningún resultado. «No dejé las drogas», comentó, «porque las podía obtener en el centro». Ahora lleva, con la guía del Padre An, un régimen distinto que incorpora lecturas espirituales, ejercicio físico, cocina y jardinería.
«Sufro de impulsos», continuó Van Ha, «pero cuando tengo uno acá, el Padre An y otros están a mi lado. Me cuidan y oran para que lo supere. Ahora puedo controlar los impulsos yo solo». Otro de los residentes, Etienne Nguyen Quang Dun, expresó su deseo de, una vez supere su adicción, unirse a los Benedictinos.
El Padre Francis Xavier Tran An, de cuarenta y dos años de edad, afirmó que le debe mucho al Santo Rosario. «Creo que mi Madre María me salvó, después de que mi madre orara el Rosario durante 10 años para que yo dejara las drogas». Su agradecimiento se tradujo en una misión. «Ahora deseo usar el Rosario para salvar a otros adictos que han sido abandonados por sus familias y la sociedad».
Con información de UCA News.