Santa Esclavitud de amor a María 7

Santa Esclavitud de amor a María 7

3 de mayo de 2010 Desactivado Por Regnumdei

Quiera Dios que no durmiese en ti el aprovechamiento de las virtudes, pues viste muchas veces tantos ejemplos de devotos

ORACIONES 

Veni, Creator Spiritus 

Ven, Espíritu Creador,
visita las mentes de tus siervos, llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste. 

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, amor,
y unción espiritual. 

Tú septiforme en el don,
dedo de la paterna diestra,
Tú, auténtica promesa del Padre,
que enriqueces las lenguas con palabras. 

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los corazones, corroborando con vigor constante la fragilidad de nuestro cuerpo. 

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede prontamente la paz,
yendo así Tú delante como guía, evitemos todo mal. 

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos también al Hijo
y por ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo. 

A Dios Padre sea la gloria
y al Hijo, que entre los muertos resucitó, y al Paráclito
por los siglos de los siglos. Amén. 

Ave Maris Stella 

Salve, Estrella del mar,
Madre,
que diste a luz a Dios, quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo. 

Pues recibiste aquel Ave De labios de Gabriel, ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva. 

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes. 

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras plegarias el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo. 

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de culpas, seamos suaves y castos. 

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos. 

Gloria sea a Dios Padre, loor a Cristo altísimo
y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. Amén

Magnificat 

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava. 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí y su nombre es santo. 

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación sobre los que le temen. 

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes;
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. 

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia -como la había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia para siempre. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Meditación breve:

KEMPIS: En lo de fuera eran necesitados, pero en lo interior estaban con la gracia y divinas consolaciones, recreados. Ajenos eran al mundo; mas muy allegados a Dios, del cual eran familiares y amigos. Se tenían por nada cuanto a sí mismos, y para con el mundo eran despreciados; mas en los ojos de Dios eran muy preciosos y amados. Estaban en verdadera humildad; vivían en la sencilla obediencia; andaban en caridad y paciencia, y por eso cada día crecían en espíritu, y alcanzaban mucha gracia delante de Dios. Fueron puestos por dechados a todos los religiosos y más nos deben mover para aprovechar el bien, que no la muchedumbre de los tibios para aflojar y descaecer. ¡Oh! ¡Cuán grande fue el fervor de todos los religiosos al principio de sus sagrados institutos! ¡Cuánta la devoción de la oración! ¡Cuánto el celo de la virtud! ¡Cuánta disciplina floreció! ¡Cuánta reverencia y obediencia al superior hubo en todas las cosas! Aun hasta ahora dan testimonio de ello las señales que quedaron, de que fueron verdaderamente varones santos y perfectos que, peleando tan esforzadamente, vencieron al mundo. Ahora ya se estima en mucho aquel que no es transgresor, y si con paciencia puede sufrir lo que aceptó por su voluntad. ¡Oh tibieza y negligencia de nuestro estado, que tan presto declinamos del fervor primero, y nos es molesto el vivir por nuestra flojedad y tibieza! ¡Quiera Dios que no durmiese en ti el aprovechamiento de las virtudes, pues viste muchas veces tantos ejemplos de devotos! (Imitación de Cristo, libro I, cap. 18) 

PREGUNTATE: 

. A)  EN NUESTRA VIDA HEMOS TENIDO MUY BUENOS EJEMPLOS EN LA FAMILIA, SOCIEDAD O TRABAJO DE AMOR A DIOS; ¿LOS HEMOS APROVECHADO?

. B)  ¿TRATAMOS DE DAR EJEMPLOS A LOS DEMAS DE AMOR A DIOS, COMO LA MEJOR FORMA DE ANUNCIAR EL EVANGELIO? 

Meditación extendida:

El infierno. – Penas de sentido

Composición de lugar. “Ver con la vista de la imaginación la longura, anchura y profundidad del Infierno”.

Y verme a mí mismo resbalando hacia él y la Virgen Santísima dándome la mano para que no caiga.

Petición. “Interno sentimiento de la pena que padecen los dañados, para que, si del amor del Señor eterno me olvidare por mis faltas, a lo menos el temor me ayude para no venir en pecado.”

Punto I. “Ver con la vista de la imaginación los grandes fuegos y las ánimas como en cuerpos ígneos.”

Si nos consta que algunas personas han perdido el sentido y aun muerto de espanto con la vista o imaginación de algunas cosas temerosas, y a veces la sospecha sola de ellas nos hace erizar los cabellos y temblar, ¿qué será el temor de aquel lago tenebroso, lleno de horribles y espantosas quimeras? Especialmente si consideramos cuán horrible sea la figura del demonio, pues por tan terribles semejanzas nos la representa el mismo Dios en las Escrituras Sagradas: “Alrededor de sus dientes está el temor: su cuerpo es como un escudo de acero, cubierto de escamas…; su estruendo es un resplandor de fuego, y sus ojos bermejean como los arreboles de la mañana. De su boca salen hachas como de teas encendidas, y de sus narices sale humo como de una olla que hierve. Con su resuello hace arder las brasas y llamas que salen de su boca.” (Job.)

P. II. “El segundo, oír con las orejas llantos, alaridos, voces, blasfemias contra Cristo Nuestro Señor y contra todos sus santos.”

“Imagínate que pasases por un valle muy hondo, el cual estuviese lleno de una infinita muchedumbre de cautivos, heridos y enfermos, y que todos ellos estuviesen dando gritos y voces, cada uno de su manera… ¿Qué galera hay en este mundo que de tantos renegados y forzados esté poblada?”

P. III. “El tercero, oler con el olfato humo, piedra azufre, sentina y cosas pútridas.”

“Para sentir algo esta pena, párate a considerar aquel tan horrible género de tormento que un tirano cruelísimo inventó para ajusticiar a los hombres, el cual, tomando un cuerpo muerto, mandábalo tender sobre un vivo, y atando muy fuertemente al vivo con el muerto dejábalos estar así juntos hasta que el muerto matase al vivo con la hediondez y gusanos que de él salían. Pues si te parece muy horrible este tormento, ¿qué tal será aquel que procederá del hedor de todos los cuerpos de los condenados?”

P. IV. “El cuarto, gustar con el gusto cosas amargas, así como lágrimas, tristeza y el verme (gusano) de la conciencia.”

“Ni tampoco faltará a la lengua, ni al gusto regalado su tormento; pues leemos en el Evangelio la sed que padecía aquel rico goloso entre las llamas de sus tormentos y las voces que daba al Santo Patriarca (Luc 26) pidiéndole una sola gota de agua para refrescar la lengua, que tenía tan abrasada.”

P. V. “El quinto, tocar con el tacto, es a saber, como los fuegos tocan y abrasan las ánimas.”

“Es fuego de tan grande ardor y eficacia, que (según dice San Agustín) este nuestro de acá es como pintado si se compara con él. Este fuego atormentará no solamente los cuerpos, sino también las ánimas… Con esta pena se juntará otra contraria a ella, que será un horrible frío, que con ninguno de los nuestros se puede comparar… Y no solamente les atormentará el frío y el fuego, sino también los mismos demonios.”

“Haciendo un coloquio a Cristo Nuestro Señor, traer a la memoria las ánimas que están en el infierno…, y con esto darle gracias porque no me ha dejado caer.”

Y ningún coloquio a Jesucristo será más a propósito para nuestro fin que la preciosa oración que está al fin de El Secreto de María, en que San Luis María le da gracias por la merced que le ha hecho con la Santa Esclavitud, librándole del infierno.

Nota. – Las personas ya acostumbradas a la práctica interior de la Santa Esclavitud es fácil, que al repetir estas meditaciones no puedan sentir los efectos de temor que en ellas se indican, sino mucha paz, por hallarse seguras en brazos de María. Déjense, pues, llevar del afecto de amor y de confianza en esta buena Madre y de celo por salvar las pobres almas que caen en el infierno, porque no la conocen.