Sana controversia entre san Bernardo y Abelardo
El Papa en la Audiencia General afirma que son “útiles y necesarias las sanas discusiones teológicas dentro de la Iglesia” pero explica que tenemos el deber de “hacer triunfar siempre la verdad en la caridad”. En su catequesis Benedicto XVI se detuvo hoy en el debate que en el siglo XII protagonizaron San Bernardo de Claraval, representante de la teología monástica, y Abelardo, exponente de la teología escolástica.
Como hiciera ya la semana pasada, el Santo Padre ha vuelto a dedicar la catequesis de la Audiencia General de hoy al gran debate surgido en la Edad Media entre la teología monástica y la teología escolástica, representadas simbólicamente en la sana controversia entre san Bernardo y Abelardo. “En efecto, la teología es la búsqueda de una comprensión racional de los misterios de la Revelación creidos en la fe” -ha señalado el Papa.
Benedicto XVI ha tomado la definición tradicional de teología, “la fe que busca la comprensión”, para explicar que mientras san Bernardo ponía el acento en la primera parte de la definición “la fe”, Abelardo, en cambio, subrayaba la importancia de la segunda: “la compresión por medio de la razón”. El Papa ha señalado que para Bernardo la teología tiene un único objetivo: “promover la experiencia viva e íntima de Dios”; objetivo desde el cual replicó el método demasiado intelectual de Abelardo, que a su parecer reducía la fe a una simple opinión separada de la verdad revelada.
Finalmente, esta confrontación teológica concluyó con la plena reconciliación de las dos teologías, gracias a la mediación de un amigo común, Pedro el Venerable. Este debate, ha dicho el Pontífice “muestra la utilidad y la necesidad de una sana discusión teológica dentro de la Iglesia, sobre todo cuando las cuestiones no han sido debatidas por el Magisterio, que continúa siendo un punto de referencia inevitable”.
Resumen de la Catequesis La controversia concluyó, pues, de manera positiva, porque en ambas partes prevaleció lo que debe predominar verdaderamente en el corazón cuando nace una discusión teológica, es decir, salvaguardar la fe de la Iglesia y hacer triunfar la verdad en la caridad -ha dicho el Papa. “Que ésta sea también hoy -ha dicho- la actitud con la que se discute dentro de la Iglesia, teniendo siempre como meta la búsqueda de la verdad”.
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy me detengo en el debate que mantuvieron en el siglo doce San Bernardo, representante de la teología monástica, y Abelardo, exponente de la teología escolástica. Para entender esta cuestión, hay que recordar que la teología es la fe que busca comprender. Mientras que para San Bernardo el acento recae sobre la primera parte de la definición, es decir, sobre la fe, Abelardo insiste en la segunda parte, esto es, en la comprensión por medio de la razón. Para el primero, la teología tiene como fin promover la experiencia personal de Dios. En este sentido, es una ayuda para amar cada vez más y mejor al Señor. En cambio, Abelardo, a quien por otra parte se debe la introducción del vocablo “teología” en el sentido que hoy lo entendemos, se coloca en una perspectiva diversa, de corte más intelectualista y con un uso a veces excesivo de la filosofía. ¿Qué nos enseña a nosotros esta disputa? Especialmente, la utilidad de una sana discusión teológica dentro de la Iglesia, sobre todo cuando las cuestiones debatidas no están definidas por el Magisterio, que es punto de referencia ineludible. Al final, la confrontación entre Bernardo y Abelardo acabó en una reconciliación entre ambos, gracias también a Pedro el Venerable, amigo de los dos.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular, a los miembros de la Hermandad de Labradores “Paso Azul”, de Lorca, a los fieles de distintas diócesis de Guatemala, a la delegación de la Escuela de Investigaciones Policiales de Chile, así como a los demás grupos procedentes de España, México y otros países latinoamericanos. Que en vuestra vida salvaguardéis siempre la fe de la Iglesia y hagáis triunfar la verdad en la caridad. Muchas gracias.
Saludando a los peregrinos de lengua polaca Benedicto XVI les ha manifestado que hoy día de San Carlos Borromeo recordamos a su predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II. Que el ejemplo de su vida y sus enseñanzas nos confirmen en la fe y nos inspiren en el camino de la Santidad.
En italiano el Papa ha dado la bienvenida a las religiosas de varias Congregaciones que participan en el curso promovido por la USMI y ha expresado su deseo de que este encuentro suscite en todas un renovado compromiso para testimoniar el amor de Dios. También el Santo Padre ha saludado a las Hermanas de Santa Dorotea; de santa Paola Frassinetti que celebran el Capítulo General y les ha asegurado sus oraciones para que el capítulo sea para el Instituto momento de reflexión y de empuje en la acción espiritual y misionera. También el Pontífice ha saludado al cardenal Salvatore De Giorgi, que acompañaba a un grupo de padres y amigos del movimiento “Muchachos del cielo”.
Antes de finalizar, como siempre, el Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. “Hoy celebramos la memoria litúrgica de San Carlos Borromeo, arzobispo insigne de la Diócesis de Milán que, animado por el ardiente amor por Cristo, fue un infatigable maestro y guía de los hermanos. Que su ejemplo os ayude a vosotros, queridos jóvenes, a dejaros conducir por Cristo en vuestras opciones cotidianas; os animo a vosotros, queridos enfermos a ofrecer vuestros sufrimientos por los pastores de la Iglesia y por la salvación de las almas; y que os sostenga a vosotros, queridos recién casados, a fundar vuestra familia en los valores evangélicos.