Rumores mundanos
Es el escándalo del cristiano que se dice cristiano, incluso que va a la iglesia, va los domingos a Misa, pero no vive como cristiano, vive como mundano o como pagano.
(Radio Vaticano) Que el cristiano aprenda a custodiar el corazón de las “pasiones” y de los “rumores mundanos”, para estar atento y recibir en todo momento la gracia de Dios. Es la reflexión que hizo el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Hay un “momento favorable” para recibir el don gratuito de la gracia de Dios y ese momento es “ahora”. El cristiano – dijo el Santo Padre – debe ser consciente de esto y, por lo tanto, tener el corazón preparado para recibir ese don, con un corazón libre “del rumor mundano” que, además, es el “rumor del diablo”.
Comprender el tiempo de Dios
Francisco se inspiró en las lecturas de la liturgia del día. De San Pablo destacó que subraya que “no hay que recibir en vano la gracia de Dios”, que se manifiesta – según afirma el Apóstol – “ahora”. Lo que significa – observó el Papa – que “en cada tiempo el Señor nos vuelve a dar la gracia”, el “don que es gratuito”. De ahí que haya exhortado a recibirlo, estando atentos a lo que también indica Pablo cuando dice: “Por nuestra parte, a nadie damos motivo de escándalo”:
“Es el escándalo del cristiano que se dice cristiano, incluso que va a la iglesia, va los domingos a Misa, pero no vive como cristiano, vive como mundano o como pagano. Y cuando una persona es así, escandaliza. Cuántas veces hemos oído en nuestros barrios, en los negocios: ‘Mira, aquel o aquella, todos los domingos va a Misa y después hace esto, esto, esto, esto…’. Y la gente se escandaliza. Es lo que dice Paolo: ‘No recibir en vano’. ¿Y cómo debemos recibir? Ante todo es el ‘momento favorable’, dice. Nosotros debemos estar atentos para entender el tiempo de Dios, cuando Dios pasa por nuestro corazón”.
Un corazón libre de pasiones
Y el umbral de esta atención – explicó Francisco – el cristiano lo alcanza si se pone en condición de “custodiar el corazón”, “alejando todo rumor que no viene del Señor”, alejando, sugiere, las “cosas que nos quitan la paz”. Un corazón liberado de las “pasiones”, las que en el pasaje evangélico – nota el Papa – Jesús sintetiza en el “ojo por ojo” volteando la perspectiva con el hecho de “poner la otra mejilla”:
“Estar libre de pasiones y tener un corazón humilde, un corazón dócil. El corazón es custodiado por la humildad, por la mansedumbre, jamás por las luchas, por las guerras. ¡No! Esto es el rumor: rumor mundano, rumor pagano o rumor del diablo. El corazón en paz. ‘No dar motivo de escándalo a nadie para que no sea criticado nuestro ministerio’, dice Pablo, pero también habla del ministerio del testimonio cristiano, para que no sea criticado”.
Sabios y benévolos
Custodiar el corazón para ser de Dios siempre, como dice San Pablo, “en las tribulaciones, en las necesidades, en las angustias, en las adversidades, en las prisiones, en los tumultos, en las fatigas, en las vigilias y en los ayunos”:
“Pero son cosas feas todas estas, ¿y yo debo custodiar mi corazón para recibir la gratuidad y el don de Dios? ¡Sí! ¿Y cómo lo hago? Prosigue Pablo: ‘Con pureza, con sabiduría, con magnanimidad, con benevolencia, con espíritu de santidad’. La humildad, la benevolencia, la paciencia, que sólo mira a Dios, y tiene el corazón abierto al Señor que pasa”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).