Referendum inmoral en Italia peligra por abstención.
La escasa participación ayer en Italia en el primer día del referéndum sobre la controvertida ley de fecundación asistida hace realmente difícil que hoy, segundo día de consulta, se alcance el quórum necesario para que el resultado sea válido. Consecuencia: la restrictiva ley tiene visos de mantenerse como está, y la Iglesia católica italiana obtendrá así el objetivo que buscaba su llamamiento a la abstención, una estrategia que ha indignado a partidos de izquierdas y asociaciones feministas y laicas, que la tildan de injerencia en el Estado. La ley de fecundación asistida, aprobada el año pasado, prohíbe la congelación y diagnóstico de los embriones, así como que los no implantados se usen para la investigación; obliga a producir un máximo de tres para cada intento de embarazo y a implantarlos todos en el útero; no permite la donación de óvulos y espermatozoides; y equipara los derechos del embrión a los de una persona ya nacida. Los partidarios del sí quieren que la ley sea modificada, y los del no, que no se toque; pero este segundo frente ha preferido escuchar la prédica eclesial sobre la abstención. La mayoría de las 25.000 parroquias italianas han invitado a sus feligreses a abstenerse -por el aspecto inmoral de la ley que se propone-, y también lo ha hecho el diario de la Conferencia Episcopal, Avvenire; partidos como la Liga Norte y UDC, e incluso los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado. El primer ministro, Silvio Berlusconi, no ha acudido aún a las urnas, y la clase política da por sentado que también se abstendrá. Al cierre de esta edición, había votado el 13,7% del electorado, cuando se precisa una participación del 50% más un voto para que la consulta tenga valor. En la práctica, y dado el recuento de italianos en el extranjero, el quórum necesario dentro de Italia es del 52%. Según los expertos, si anoche no se había alcanzado el 35%, resulta casi imposible que hoy (con las urnas abiertas de las siete de la mañana a las tres de la tarde) se logre el quórum. Si es así, la polémica ley se mantendrá, pero algunas de sus flagrantes incongruencias deberán ser abordadas igualmente. El texto prohíbe congelar embriones, pero no indica qué hacer con los 23.000 embriones congelados que hay actualmente en Italia; ya no son aptos para un embarazo, no podrán ser investigados y, al tener estatus jurídico de persona, serán inviolables.