Quien abuse deberá indemnizar

11 de febrero de 2012 Desactivado Por Regnumdei
 «La responsabilidad del delito es del sacerdote que lo comete. Si yo rompo algo, yo pago. Los sacerdotes no son ordenados para que hagan daños. Si no hacen lo que deberían, no están trabajando para la Iglesia»
El sacerdote que cometa un abuso es el que debe cargar con la responsabilidad de hacer frente a las indemnizaciones que dicte la justicia, y no la diócesis o la conferencia episcopal en las que se cometió el delito. Con claridad y crudeza se pronunció ayer el fiscal del Vaticano, el sacerdote maltés Charles Scicluna, sobre los actos de pederastia cometidos por miembros de la Iglesia. «La responsabilidad del delito es del sacerdote que lo comete. Si yo rompo algo, yo pago. Los sacerdotes no son ordenados para que hagan daños. Si no hacen lo que deberían, no están trabajando para la Iglesia», dijo Scicluna en el marco del congreso Hacia la curación y la renovación, organizado en Roma por el Vaticano para cerrar la crisis de los abusos eclesiásticos.
Scicluna precisó que eventuales resarcimientos podrán producirse por parte de las iglesias locales, pero porque existe «una responsabilidad moral de solidaridad».
En todo caso, añadió, las normas sobre los resarcimientos se incluirán en las guías adaptadas a cada país que cada conferencia episcopal debe presentar al Vaticano en mayo próximo, como ordenó hace 10 meses la Congregación para la Doctrina de la Fe. «Cada conferencia episcopal decidirá qué criterios de compensación aplica», detalló.
Sobre las responsabilidades de los obispos que encubrieron casos de abusos, en cambio, Scicluna dijo que es el Papa quien decidirá. No obstante, precisó ante los obispos que con el nuevo derecho eclesiástico, que incluye la obligación de colaborar con las autoridades civiles, «las negligencias y las malas intenciones en el ejercicio del deber constituyen un crimen».
Vigilia de penitencia en el congreso
4.000 CASOS / El fiscal confirmó que los casos de pederastia eclesial denunciados y que han llegado a su despacho, desde el 2002 hasta hoy, suman 4.000, la mitad de ellos procedentes de Europa. Scicluna eludió dar datos sobre la nacionalidad de las víctimas. El fiscal reconoció que «muy pocos» de los abusos denunciados resultan ser falsos, al tiempo que añadió que también hay casos de efebofilia (cuando el abusado es adolescente y no niño), para los que se prevén penas canónicas más leves.