Preservativo que contagia
Nuestros mejores estudios muestran una relación consistente entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor tasa de contagios de Sida
Edward Green afirma que promocionando el preservativo se provoca una “mayor tasa de contagios”; la realidad enmascara intereses de multinacionales, organismos internacionales y gobiernos
Edward Green, el máximo experto en Sida de la universidad de Harvard, afirma que existe “una relación entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor tasa de contagios de Sida”. De esta forma el científico avala las palabras que un día dijo el Papa Benedicto XVI en el avión que le llevó a Camerún en las que afirmó que la postura de la Iglesia es que el problema del Sida “no se puede resolver simplemente con la distribución de preservativos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema”.
En una entrevista con el National Review Online, Green –que no se declara católico ni contrario al preservativo- afirma: “El Papa tiene razón. Nuestros mejores estudios muestran una relación consistente entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor (no menor) tasa de contagios de Sida”.
Asimismo el científico, director del ‘Proyecto de Investigación de Prevención del Sida’ de Harvard, ha constatado que “las evidencias que tenemos apoyan sus comentarios [los del Papa]. No podemos asociar mayor uso de preservativos con una menor tasa de Sida”.
El experto alerta sobre la causa de este fenómeno con el conocido “comportamiento desinhibido”: “Cuando se usa alguna tecnología para reducir un riesgo, como el preservativo, a menudo se pierden los beneficios asumiendo un mayor riesgo que si uno no usara esa tecnología”.
Las palabras de Green y por lo tanto las del Santo Padre remiten a obviedades sobre el contagio de la enfermedad del VIH. Sin embargo portavoces de gobiernos como el de Alemania, Francia o España criticaron la posición de la Iglesia y las palabras de Benedicto XVI.
Edward Green es un médico antropólogo con más de 30 años de experiencia en países en desarrollo, investigación, comunicación y cambio de comportamiento y educación para la salud. Su experiencia incluye el Sida y enfermedades de transmisión sexual, planificación familiar, atención primaria de la salud materna y salud infantil y los programas de cáncer. Ha publicado cinco libros y es autor de más de 250 estudios e informes técnicos. Próximamente publicará Sida e ideología donde denuncia cómo la industria recibe millones de dólares en concepto de la promoción el uso del preservativo, medicamentos y tratamientos para el Sida y donde afirma que el cambio de comportamiento es la solución.
Estadísticas exageradas para destinar más fondos
El Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH/Sida (ONUSIDA) admitió el pasado enero haber inflado las cifras de infectados de Sida en el mundo después de que los doctores Edward Green, Daniel Halperin y James Chin aportaran evidencias científicas.
Los analistas han confirmado que esta estrategia habría estado beneficiando a la industria del Sida que constantemente solicita más fondos.
James Chin fue jefe del Programa de Sida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 1987 y 1997 y los doctores Edward Green y Daniel Halperin son antiguos miembros de la Agencia estadounidense para el desarrollo internacional y para el Sida (USAID). El diario estadounidense The Washington Post precisa en una noticia que los científicos “acumularon y publicaron buena parte de la evidencia que eventualmente forzó a las Naciones Unidas a admitir públicamente los serios errores en sus números sobre el Sida”.
El doctor Chin afirma que a pesar de las modificaciones los números siguen siendo elevados. El virólogo afirma que en el mundo hay 25 millones de enfermos de Sida mientras que ONUSIDA sostiene que son 33 millones.
La experta Helen Epstein, autora de un reciente y polémico libro sobre la lucha contra el Sida afirmó en declaraciones a The Washington Post que en la ONU había “una tendencia al alarmismo”, que tal vez, según sugiere Epstein, “encaja con cierta agenda para recaudar fondos”.
El diagnóstico manipulado del Sida
En África el diagnóstico de la enfermedad del Sida a un paciente se realiza a través de los síntomas –bajas defensas, enfermedades oportunistas, etcétera-. Este tipo de diagnóstico es del todo impreciso. Multitud de expertos y científicos han denunciado que a través de esta práctica se diagnostica como Sida lo que simplemente es hambre.
Esto constituye una estrategia manipuladora para cambiar el nombre a los problemas. Se hace pasar por el drama del Sida lo que es hambre en un Tercer Mundo víctima de un capitalismo salvaje. Esta estrategia genera millones de inversiones públicas que abaratan los medicamentos y benefician a los grandes grupos farmacéuticos.
El modelo de la lucha contra el Sida en África se enfoca desde Occidente a través del envío de fármacos y la distribución de preservativos frente a una educación sexual integral y las mejoras sanitarias y alimentarias de la población.
El modelo de Uganda, el más exitoso
Edward Green opina que el modelo en la lucha contra el Sida sigue siendo el escogido por Uganda que en los años 80 inició una campaña que fomentaba la monogamia entre parejas bajo el lema “quédate con tu pareja o sé fiel”. Green constata como en el país africano los programas “han intentado modificar los comportamientos sexuales a un nivel más profundo”.
Según la OMS, Uganda tiene el descenso más espectacular de infectados por el Sida ya que pasó de tener 1.100.000 enfermos en 2001 a 940.000 en 2007, pero si constatamos el porcentaje de los últimos 17 años pasa de casi un 14% a un 5,4%. En África Uganda consta de un contingente numeroso de cristianos en su población y no ha basado su estrategia en la lucha contra el Sida en el uso del preservativo sino en el rescate de la familia tradicional africana.
“Los programas patrocinados por los más importantes donantes no han promovido la monogamia, ni siquiera la reducción de diferentes parejas. Es difícil entender por qué”, sostiene Green y añade: “Imagínese que se pusieran sobre la mesa 15 millones de dólares para luchar contra el cáncer de pulmón. Sin duda tendríamos que estudiar el comportamiento de los fumadores: consejos para dejar de fumar, o al menos reducir los cigarrillos al día”.
El Papa subrayó que la monogamia era la mejor respuesta al Sida en África, lo cual constata Green cuando afirma que “nuestras investigaciones muestran que la reducción del número de parejas sexuales es el más importante cambio de comportamiento asociado a la reducción de las tasas de contagio del Sida”.
Al mismo tiempo ONUSIDA reconoció este mes de marzo que “el inicio más tardío de la vida sexual y la fidelidad entre las parejas” son parte de las acciones preventivas para evitar el contagio del virus del VIH. El organismo insistió en el uso del preservativo aunque constató que “no existen fórmulas mágicas” por lo que admitió la necesidad de tomar en cuenta “patrones de conducta” como la fidelidad y el inicio tardío de las relaciones sexuales.
Las pautas reconocidas como las más fiables a la hora de la prevención del contagio del Sida son las divulgadas por la OMS y la antigua administración Bush conocidas como el “ABC” (Abstinence, Being faithful and using Condoms –“abstinencia, ser fiel y usar condones”-) de ello se hizo eco la revista científica The Lancet en 2004.
Los fallos del preservativo
El Hospital de Badalona, pionero en España en repartir píldoras del día después,
confirmó los datos del Hospital del Mar de Barcelona que explicaban que el 80% de las usuarias de la píldora admitían haber sufrido fallos en el preservativo.
En el Hospital del Mar de Barcelona 7 de cada 10 chicas que pidieron la píldora postcoital entre 1994 y 2002 reconocieron que se les había “roto el preservativo”. Miquel Ángel Checa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro sanitario publicó un estudio recogiendo estos datos en la publicación Contraception, de las 5.656 mujeres que pidieron la píldora, 4.524 explicaron que el profiláctico les falló.
Los famosos y las campañas
Las campañas contra el Sida a través del preservativo que promueven las administraciones y los organismos internacionales son un escaparate mundial para que los famosos encuentren un cauce de promoción y publicidad. Actores de Hollywood, futbolistas, cantantes y políticos recorren el continente africano fotografiándose en campañas promocionales no solamente contra la lucha del Sida.
Recientemente la ONU ha elegido al futbolista del Arsenal inglés, el togolés Emmanuel Adebayor para “combatir la epidemia del Sida” como embajador del Sida en África para concienciar a los jóvenes africanos. Desde ONUSIDA se afirma que “estrellas del deporte como Adebayor representan excelentes modelos de comportamiento para el grupo demográfico de jóvenes entre 15 y 24 años, que son la mejor esperanza para detener el avance de la epidemia”.
Adebayor hará pareja con el alemán Michael Ballack jugador del Chealsea inglés con el que protagonizó una pelea en la final de la Carling Cup de hace dos temporadas. La ONU no ha considerado que este hecho sea impedimento para representar la buena voluntad en el continente negro.
Otros famosos que colaboran con las Naciones Unidas en campañas para prevenir la propagación del virus son la actriz Naomi Watts, la princesa Estefanía de Mónaco y el actor Rupert Everett, entre otros.
El tratamiento del Sida por parte de los gobiernos y los organismos internacionales refleja un proceso de enmascaramiento donde confluyen los intereses de las multinacionales, las campañas de famosos y la pobreza. De lo cual no se debe deducir que el preservativo sea inútil sino que por sí solo no soluciona el problema del virus del Sida sino que lo puede extremar, lo cual es lo que manifestó Benedicto XVI en su viaje pastoral a África.
fuente: http://www.forumlibertas.com