PAZ EN LA TORMENTA: Einstein y el Papa

PAZ EN LA TORMENTA: Einstein y el Papa

3 de junio de 2024 Desactivado Por Regnumdei

ARTÍCULOS SOBRE EL AUXILIO DIVINO EN NUESTRA PRECARIEDAD HUMANA

Albert Einstein: «Lo que antes despreciaba»

Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad.


En el 23 de diciembre de 1940 la revista Time citó a Einstein alabando a la Iglesia Católica por su supuesto papel en la oposición a los nazis:
Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente.
“Religion: German Martyrs” Time 36 (Dec. 23): 38.

LA CONTROVERSIAL ENTREVISTA, VARIAS VECES SE INTENTÓ DESMETIR, PERO SE ENCUENTRA HISTÓRICAMENTE CONFIRMADA EN LAS PUBLICACIONES DE THE TIME MAGAZINE 


«Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral.»

»Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente.»[1]

Acabada la guerra, los judíos quisieron manifestar públicamente al papa su reconocimiento, y solicitaron «el sumo honor de poder agradecer personalmente al Santo Padre su generosidad hacia ellos, perseguidos durante el terrible periodo del nazi-fascismo». La audiencia fue concedida el 29 de noviembre de 1945. Ochenta delegados de los judíos refugiados, provenientes de los campos de concentración, fueron recibidos en una sala del apartamento pontificio. El papa habló, recordando que por la ley del Sinaí y por el Sermón de la Montaña, la Sede Apostólica jamás había admitido en lo más mínimo que se pudieran aceptar las concepciones raciales

«reconocidas entre las más deshonrosas desviaciones del sentimiento humano».[2]

Basándose en la documentación recogida, se puede afirmar tranquilamente que ningún pontífice en la historia de la Iglesia ha recibido tantas manifestaciones de afecto por parte de la comunidad judía como Pío XII.

Los méritos del papa Pacelli son tan conocidos que está en curso su causa de beatificación.

Para conocer mejor a un personaje que suscita tanta polémica me he dirigido al padre Peter Gumpel, relator para la beatificación de Pío XII en la Congregación para las Causas de los Santos.

El padre Gumpel es una autoridad en el campo de los procesos de beatificación. Hace 37 años que trabaja en ello. Durante diez años ha sido juez de la Congregación para las Causas de los Santos y durante once relator de la misma congregación. Ha sido profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana y en el Pontificio Instituto Oriental, donde, entre otros, ha dado cursos de especialización para preparar a quienes en el futuro deberán trabajar para las Causas de los Santos. Por sus manos han pasado centenares de causas de beatificación y canonización.

Al tener que afrontar la relación entre la Santa Sede y los judíos durante el régimen nazi, a su excelente preparación y competencia, el padre Gumpel añade una experiencia personal. Heredero de una de las familias más importantes de Alemania, Gumpel sufrió lo indecible durante el régimen hitleriano por motivos políticos. Muchos de sus familiares fueron asesinados, su madre encarcelada, y por dos veces él mismo tuvo que huir al extranjero para no caer víctima de los nazis.

El padre Gumpel sostiene que quien «acusa a Pío XII, nunca lo hizo mientras él estaba vivo. Muchos de los que hoy atacan a Pío XII, o eran muy jóvenes o ni siquiera habían nacido cuando el nazismo cometía sus crímenes».


Notas

[9] Declaración de Albert Einstein publicada por Time Magazine, 23 de diciembre de 1940, p. 40.

[10] «Confortatrici ed illuminate parole del Sommo Pontefice in risposta all’omaggio riconoscente di ebrei profughi», L’Osservatore Romano, 30 de noviembre de 1945, primera página.

Fuente: conoze.com