Papa Francisco: servir a Cristo en el prójimo, ‘en’ y ‘con’ la Iglesia

Papa Francisco: servir a Cristo en el prójimo, ‘en’ y ‘con’ la Iglesia

9 de mayo de 2013 Desactivado Por Regnumdei

La pobreza se aprende con los humildes, con los pobres, los enfermos y todos aquellos que están en las periferias existenciales de la vida. La pobreza teórica no nos sirve.

 

(RV).- El Santo Padre Francisco recibió, antes de su audiencia general de este miércoles, a unas novecientas religiosas de la Unión Internacional de Superioras Generales, en representación de mil novecientas ordenes y congregaciones difundidas en todo el mundo y de cerca de setecientas mil religiosas en los cinco continentes, reunidas en Roma para participar en un encuentro con el lema: «El servicio de la autoridad según el Evangelio.

 

Lema destacado por el Papa en su discurso, alentando a las religiosas para que «la vida consagrada sea siempre un luz en el camino de la Iglesia», con la «centralidad de Cristo», en la «obediencia a la voluntad de Dios, en la pobreza evangélica, tocando la carne de Cristo pobre en los humildes, en los necesitados, en los enfermos en los niños».

 

Obediencia, pobreza y castidad, reiteró el Obispo de Roma, haciendo hincapié en la castidad fecunda, que genera hijos espirituales en la Iglesia. «La consagrada es una madre y no una solterona», añadió sonriendo entre los aplausos de las religiosas presentes. Y una vez más recordó que «el verdadero poder es el servicio, que tiene su culmen luminoso en la Cruz», lamentando «el gran daño que causan algunos hombres y mujeres de Iglesia que son carreristas al Pueblo de Dios y a la misma Iglesia».

 

«La pobreza se aprende con los humildes, con los pobres, los enfermos y todos aquellos que están en las periferias existenciales de la vida. La pobreza teórica no nos sirve. La pobreza se aprende tocando la carne de Cristo pobre en los humildes, los pobres, los enfermos y los niños», afirmó.

 

Sobre la castidad dijo que es un carisma, «que amplía la libertad de la entrega a Dios y a los demás con la ternura, la misericordia y la cercanía a Cristo» y muestra como el afecto «tiene su lugar en la libertad madura».

 

«Pero por favor, una castidad fecunda, una castidad que genera hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, tiene que ser madre y no solterona. Perdonadme si habló así, pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta fecundidad», subrayó.

 

El papa les puso como modelo a la Virgen María y dijo que no se puede entender a María sin la maternidad «y vosotras -añadió- sois iconos de María y de la Iglesia».

 

Francisco habló también del ejercicio de la autoridad y recordó que Benedicto XVI, «con gran sabiduría», denunció en varias ocasiones que para el hombre muchas veces autoridad es sinónimo de posesión, de dominio, de éxito, mientras que para Dios autoridad es siempre sinónimo de servicio, de humildad, de amor.

 

El papa Bergoglio recordó el evangelio de Mateo «Quien quiera ser grande entre vosotros, será vuestro servidor y quien quiera ser el primero entre vosotros será vuestro esclavo» para denunciar el afán de éxito en la Iglesia.

 

«Pensemos el daño que hacen al pueblo de Dios los hombres y mujeres de la Iglesia que son unos trepas y tienen afán de éxito, que usan al pueblo, a la Iglesia y a sus hermanos y hermanas, a los que deberían servir, como trampolín para sus propios intereses y ambiciones personales. Hacen un gran daño a la Iglesia», afirmó.

 

Francisco dijo también a las monjas que tienen que «sentirse» Iglesia y que tienen que cuidar que sus congregaciones estén en sintonía con la «sana» doctrina de la Iglesia.

 

En esas palabras, los observadores vaticanos vieron una referencia al caso de la Conferencia de Líderes Religiosas Femeninas (LCWR) de EEUU, a las que el Vaticano ha impuesto un supervisor, tras censurar sus avanzadas posiciones en temas éticos.

 

El Santo Padre Francisco concluyó su discurso renovando su agradecimiento y aliento a las religiosas por el importante apostolado que realizan al servicio de Cristo y del Evangelio:

 

«Centralidad de Cristo y de su Evangelio, autoridad como servicio de amor, ‘sentir’ en y con la Madre Iglesia: tres indicaciones que deseo dejarles, a las que uno, nuevamente mi gratitud por la obra no siempre fácil que ustedes realizan ¿Qué sería la Iglesia sin ustedes? ¡Le faltaría maternidad, afecto y ternura e intuición de madre! ¡Gracias! Queridas hermanas, estén seguras que las sigo con afecto. Yo rezo por ustedes y también ustedes recen por mí. Saluden a sus comunidades de mi parte, sobre todo a las hermanas enfermas y a las jóvenes. A todas va mi aliento a seguir con entusiasmo y con alegría el Evangelio de Cristo. Sean alegres porque es bello seguir a Jesús, es bello llegar a ser icono viviente de la Virgen y de nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica»