Obispos vuelven a defender la vida, contra el aborto y la eutanasia
«La defensa de la vida ya no es cuestión de credo sino que es algo que atañe a todo ser humano»
“Ante la desinformación y manipulación mediática sobre el aborto y la eutanasia, los que defendemos los derechos de los engendrados no nacidos, no podemos guardar silencio”, anima Mons. José Rodríguez Carballo.
El Arzobispo de Mérida-Badajoz, Mons. José Rodríguez Carballo, ha publicado un artículo titulado ‘Sí a la vida. No a la muerte’, en el que hace alusión a las recientes estadísticas de abortos en España, según las cuales, en 2023, se perpetraron en nuestro país más de 103.000 abortos.
El arzobispo destaca: «El aborto será legal, nadie lo duda, pero, como afirmó el papa Francisco en su reciente visita a Bélgica, el aborto no deja de ser un “asesinato” y quienes lo practican, dijo, son unos ‘sicarios’. Ante estos hechos nos preguntamos: ¿Hacia dónde va nuestra sociedad? Justamente decimos que somos una sociedad de ‘viejos’, pero, entonces, ¿qué hacemos, qué políticas favorecen nuestros gobernantes en favor de la natalidad?».
Y prosigue: «La defensa de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, atañe a todo ser humano. Baste recordar que Hipócrates, padre de la medicina, un pagano griego del siglo V a.C., defendió el derecho a la vida. En el llamado juramento de Hipócrates, que tantos médicos han jurado como principio inspirador, leemos: “Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura”. Y por llegar ya a nuestra ‘rabiosa actualidad’, baste recordar que no hace mucho el Centro de Bioética Nathaniel de Nueva Zelanda ha difundido 12 argumentos no religiosos contra la eutanasia. La defensa de la vida ya no es cuestión de credo sino que es algo que atañe a todo ser humano».
Mons. Rodríguez Carballo apunta que «para el católico el deber de defender la vida humana es aún más acuciante, por razones obvias. La primera y principal es nuestra fe en el Dios de la vida, no de la muerte, y que nadie puede decidir sobre la vida de los demás. Por eso, ante la desinformación y manipulación mediática sobre el aborto y la eutanasia, los que defendemos los derechos de los engendrados no nacidos, no podemos guardar silencio. La vida desde su concepción no se puede negociar. Se defiende por todos los medios».
También hace alusión en el citado artículo Mons. Rodríguez Carballo al ‘registro’ de médicos objetores de conciencia y se pregunta: «¿Por qué tanto interés en “registrar” a los objetores de conciencia? ¿Qué se esconde detrás de esos registros?». «La objeción de conciencia es un derecho reconocido por nuestra Constitución. Con razón son muchos los que se oponen a tal ‘registro’, no solo porque va contra la libertad de conciencia, sino también porque esas listas podrían ser utilizadas para marginar a quienes se oponen a una ley que, siendo legal, pues el aborto está aprobado por la ley, es y será siempre inmoral».
El prelado concluye: «Apoyemos la vida exigiendo a nuestros políticos ‘políticas’, incentivos económicos que fomenten la vida. Protejamos la vida contra la muerte. Oremos por la vida, gritemos con voz potente nuestro SÍ a la vida desde su concepción hasta su término natural».