María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco

María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco

24 de mayo de 2024 Desactivado Por Regnumdei

«Todo lo ha hecho Ella» o «No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora…»

Cuando Don Bosco contaba 9 años tuvo un sueño en el que la Virgen ya le indicaba su vocación: sería sacerdote. Años más tarde, en 1860, la Virgen vuelve a hablarle en otro sueño y le dice que quiere ser honrada con el título de «Auxiliadora». Es en ese sueño en el que le señala el sitio en el que construir en Turín el templo dedicado a Ella, la actual Basílica de María Auxiliadora.

La Virgen María siempre estuvo presente en la vida de San Juan Bosco, gracias a que su madre, Mamá Margarita, le inculcó ese amor y esa devoción por la Virgen en las oraciones y en la vida diaria. Desde el principio Ella fue el centro de toda su obra.

En 1862, Don Bosco convierte la opción mariana en definitiva: «La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana», dijo.

«Todo lo ha hecho Ella» o «No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado» eran frases que San Juan Bosco solía repetir.

En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Sólo contaba con unas monedas de cuarenta céntimos y ésa fue la primera paga que le dio al constructor. Pero fueron tantos y tan grandes los milagros que María Auxiliadora empezó a conceder a sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El Santo solía decir: «Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen».

La Basílica Santuario tiene cuatro capillas, la dedicada a San José y la única que quedó como quería Don Bosco. En ella Niño Jesús ofrece a San José rosas rojas y blancas mientras el Santo las deja caer sobre la Basílica. Don Bosco explicaba que «Las rosas son las gracias que Dios nos concede».

A la derecha, junto a la entrada principal, se encuentra la capilla dedicada a Santa María Mazzarello, cofundadora con Don Bosco de las hijas de María Auxiliadora. Otra de las capillas es la de Santo Domingo Savio, alumno de quince años de Don Bosco y el más joven de los santos no mártires venerados en la Iglesia. La cuarta capilla se dedicó a Don Bosco y es en ela donde descansa la urna de bronce que contiene sus reliquias.

Cada 24 de mayo el mundo católico celebra la advocación de la Virgen con el título de Auxilio de los Cristianos y es, además, la fiesta propia de la Familia Salesiana. Fiel al espíritu de Don Bosco y a través de las diversas obras en favor de la juventud en las que trabaja, sigue proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en su labor el auxilio que viene de la Virgen María.