«Bienaventurados los que trabajan por la paz»

«Bienaventurados los que trabajan por la paz»

23 de octubre de 2019 Desactivado Por Regnumdei

«¿Cómo se puede pensar en alcanzar la paz sin tutelar el derecho a la vida de los no nacidos?»   Del Papa Emérito Benedicto XVI

 

La Familia, el matrimonio, la dignidad de la vida humana en todas sus etapas, el derecho a la objeción de conciencia, la libertad religiosa, La Justicia social, la ética en la política y en la economía, la agricultura y el medioambiente, promover una pedagogía de la paz y desmantelar la dictadura del relativismo… Una paz racional y moral…

«Bienaventurados los que trabajan por la paz». Pasando revista a los diversos ámbitos humanos en los que trabajar por la paz es posible, es un derecho y un deber, el Papa empieza señalando que «cada año trae consigo la esperanza de un mundo mejor». Y pide a Dios, «Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos».

Trascurridos 50 años del Concilio Vaticano II, que ha contribuido a fortalecer la misión de la Iglesia en el mundo, es alentador constatar que los cristianos, como Pueblo de Dios en comunión con él y caminando con los hombres, se comprometen en la historia compartiendo las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias, anunciando la salvación de Cristo y promoviendo la paz para todos, afirma Benedicto XVI, señalando luego que «este tiempo nuestro, caracterizado por la globalización, con sus aspectos positivos y negativos, así como por sangrientos conflictos aún en curso, y por amenazas de guerra, reclama un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre».

El Papa subraya de forma positiva las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo ante los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Sin olvidar las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.

La Familia, el matrimonio, la dignidad de la vida humana en todas sus etapas, el derecho a la objeción de conciencia, la libertad religiosa, La Justicia social, la ética en la política y en la economía, la agricultura y el medioambiente, promover una pedagogía de la paz y desmantelar la dictadura del relativismo… Una paz racional y moral…

«La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible»… reitera el Papa y recuerda que «la Iglesia está convencida de la urgencia de un nuevo anuncio de Jesucristo, el primer y principal factor del desarrollo integral de los pueblos, y también de la paz. En efecto, Jesús es nuestra paz, nuestra justicia, nuestra reconciliación (cf. Ef 2,14; 2Co 5,18). Y «toda persona y toda comunidad – religiosa, civil, educativa y cultural – está llamada a trabajar por la paz».

«La paz concierne a la persona humana en su integridad e implica la participación de todo el hombre».