La vigencia de Santa Teresa de Jesus de Avila
El Papa afirma que sigue vigente la frase «quieren tornar a sentenciar a Cristo, quieren poner su Iglesia por el suelo» Benedicto XVI resaltó la figura de Santa Teresa de Jesús y dijo que la frase de la santa española «quieren tornar a sentenciar a Cristo, quieren poner su Iglesia por el suelo» sigue siendo, 450 años después, de gran actualidad en una sociedad como la de ahora «de escasos valores espirituales».
Así lo asegura en un mensaje enviado al obispo de Ávila (España), Mons. Jesús García Burillo, con motivo del 450 aniversario de la fundación del Monasterio de San José en Ávila y el comienzo de la Reforma del Carmelo promovido por Santa Teresa. El Obispo de Roma señala que con motivo de esta efeméride se quiere unir a la «alegría» de la diócesis de Ávila, de la Orden del Carmelo Descalzo, de la Iglesia española y la universal, «que han encontrado en la espiritualidad teresiana una luz segura para descubrir que por Cristo llega al hombre la verdadera renovación de su vida». «Enamorada del Señor, esta preclara mujer no ansió sino agradarle en todo.
Un santo no es aquel que realiza grandes proezas basándose en la excelencia de sus cualidades humanas, sino el que consiente con humildad que Cristo penetre en su alma, actúe a través de su persona, sea Él el verdadero protagonista de todas sus acciones y deseos», aseguró el Pontífice. El papa Ratzinger destacó que la reforma del Carmelo «nace de la oración y tiende a la oración» y que al promover un retorno radical a la Regla primitiva, Santa Teresa de Jesús quiso propiciar una forma de vida que favoreciera el encuentro personal con Dios. Santa Teresa, agregó el Papa, propuso un nuevo estilo de ser carmelita en un mundo también nuevo. Aquellos fueron «tiempos recios», dijo el Pontífice echando mano de Libro de la Vida. Benedicto XVI subrayó que la santa, «maestra del espíritu», insistía con elocuencia: «Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, quieren poner su Iglesia por el suelo.
No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios asuntos de poca importancia». «¿No nos resulta familiar, en la coyuntura que vivimos, una reflexión tan luminosa e interpelante, hecha hace más de cuatro siglos por la Santa mística?», agregó el Santo Padre, que señaló que el fin último de la Reforma teresiana y la creación de nuevos monasterios era proponer un modo de vida evangélica en un mundo como el actual escaso de valores espirituales. Benedicto XVI señaló también que ante el «olvido de Dios», Santa Teresa de Jesús alentó comunidades orantes, que suplicaran, entre otras, por las necesidades de la Iglesia. «También hoy, como en el siglo XVI, y entre rápidas transformaciones, es preciso que la plegaria confiada sea el alma del apostolado, para que resuene con meridiana claridad y pujante dinamismo el mensaje redentor de Jesucristo.
Es apremiante que la Palabra de vida vibre en las almas de forma armoniosa, con notas s onoras y atrayentes», subrayó el papa. El Papa afirmó que en esta tarea el ejemplo de Teresa de Ávila es de gran ayuda y destacó que evangelizó «sin tibiezas, con ardor nunca apagado, con métodos alejados de la inercia, con expresiones nimbadas de luz». El Pontífice señaló que en la «encrucijada actual» es necesario que los bautizados renueven su corazón a través de la oración personal, que las familias descubran el Evangelio, se promueva la pastoral vocacional, «subrayando la belleza de la vida consagrada, tanto en su dimensión activa como contemplativa». Benedicto XVI destacó la «radicalidad y fidelidad» de Teresa de Ávila y animó a los jóvenes «a tomar en serio la común vocación a la santidad».