La verdad del amor humano
La Conferencia Episcopal Española ha publicado un documento sobre los fundamentos del amor y la sexualidad humana. El texto propone recuperar en todos los ámbitos de la sociedad el sentido del amor conyugal y del matrimonio y favorecer una legislación que reconozca y proteja el valor público del matrimonio.
Los prelados españoles preocupados por los efectos de la denominada “revolución sexual” y la ideología de género, proponen algunas claves para devolver a la familia y al amor matrimonial su sentido pleno.
El documento ya se puede consultar en internet. Se trata de una exposición exhaustiva sobre el amor. Invitan a no confundir el amor humano con el sentimiento o a concebir la sexualidad de la persona como un simple atributo separado de la dignidad personal.
Corroborar y resaltar, especialmente en el actual contexto histórico en rápida transformación, las razones antropológicas que fundan y sostienen el respeto de toda vida humana, del amor humano, del amor conyugal y de la familia. De tal modo, mientras se destaca la novedad original del Evangelio de la vida, se podrá ayudar a todos a descubrir también a la luz de la razón y de la experiencia cómo «el mensaje cristiano ilumina plenamente al hombre y el significado de su ser y existir».
La Conferencia episcopal española presentó , en Madrid, el documento elaborado por la asamblea plenaria bajo el título «La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar». Con este documento los prelados pretenden anunciar de nuevo «el Evangelio del matrimonio y de la familia como un bien para toda la humanidad» ante una legislación nacional que devalúa estas dos realidades generando —afirman sin eufemismos— «una cultura de la muerte» con el fenómeno de los abortos, los divorcios y la explotación de los más débiles y de los más pobres. Pero la esperanza de la Iglesia española es que —contrariamente a cuanto la política ha mostrado hasta aquí— en la sociedad civil se está registrando una creciente revalorización del matrimonio y de la familia con el nacimiento de numerosos movimientos y asociaciones.
Los obispos denuncian que en la base de las nuevas leyes está «la radicalización subjetiva de la libertad que, desvinculada de la verdad, termina por hacer de las emociones parciales la norma del bien y de la moralidad». Por tanto se oponen a «la ideología de género», según la cual la elección del sexo pertenece «exclusivamente a la voluntad variable y mudable del sujeto», negando la realidad de la persona humana que existe «necesariamente como hombre o mujer».