La Santa Sede en la lucha contra el crimen organizado

28 de enero de 2012 Desactivado Por Regnumdei
     El Estado de la Ciudad del Vaticano adhirió, el miércoles 25 de enero, al Convenio internacional para la represión de la financiación del terrorismo (Naciones Unidas, Nueva York 1999); y a la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional (Palermo 2000). 

      A su vez el Estado Vaticano ratificó la Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas (Viena 1988), que había ya firmado el mismo año en el que fue adoptada. A los instrumentos de ratificación y adhesión se adjuntaron algunas Reservas y Declaraciones interpretativas. 

    Monseñor Dominique Mambertí, Secretario para las Relaciones con los Estados, señala, en la nota de presentación de la adhesión y ratificación de las citadas convenciones, que "este paso quiere ser un ulterior reconocimiento del compromiso activo con el que la comunidad de los Estados previene y combate gravísimas actividades criminales transnacionales, de trágica actualidad, mediante instrumentos apropiados de cooperación internacional". 

“El Santo Padre -prosigue monseñor Mambertí- nos recuerda que el terrorismo y la criminalidad organizada atentan contra la dignidad de la persona y contra el bien común en cualquier país del mundo”. Por ello, los instrumentos jurídicos que combaten estas formas de criminalidad contribuyen a la paz y a la seguridad. Con la adhesión y la ratificación de las tres convenciones mencionadas, “la Santa Sede confirma su voluntad y su compromiso concreto y eficaz de colaborar con los países de todo el mundo, de modo coherente con su naturaleza y misión, a fin de garantizar la paz y la justicia internacional”.

     La adhesión a los convenios comporta una adecuación de la normativa del Estado de la Ciudad del Vaticano, que comenzó ya con la adopción de diversas leyes, entre otras, las relativas a la prevención y la lucha contra el blanqueo de dinero procedente de actividades criminales y de la financiación del terrorismo. 

     Asimismo, los nuevos instrumentos jurídicos que ofrecen los tres Convenios favorecerán un elevado nivel de cooperación entre los tribunales del Estado de la Ciudad del Vaticano y los de los otros Estados. 

     El Secretario para las Relaciones con los Estados puntualiza que “cada Estado tiene el derecho soberano de abstenerse de colaborar en procedimientos pendientes en otros ordenamientos cuando puedan dar lugar a formas de persecución individual por razones políticas, religiosas, étnicas o similares”.

     Para finalizar, el arzobispo Mambertí subraya que la adhesión a los Convenios “ayuda al encuentro entre justicia y paz” y “confirma el compromiso de la Santa Sede por el respeto de la dignidad humana y la concordia entre las personas y los pueblos”.