LA PARTICIPACIÓN EN LA VIDA POLÍTICA ES PROPIA DE LOS LAICOS

8 de octubre de 2004 Desactivado Por Regnumdei

CIUDAD DEL VATICANO, 8 OCT 2004 (VIS).-El cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, leyó ayer por la tarde el mensaje del Papa dirigido a los participantes en la XLIV Semana Social de los Católicos Italianos, que se celebra en Bolonia (7-10 de octubre). Participan más de mil delegados de toda Italia en representación de diócesis, asociaciones y movimientos. Refiriéndose al tema del encuentro, «Democracia: nuevos escenarios, nuevos poderes», el Santo Padre subraya los «riesgos y amenazas para una auténtica democracia que derivan de ciertas corrientes filosóficas, visiones antropológicas o ideas políticas con prejuicios ideológicos. Sigue existiendo, por ejemplo, la tendencia a considerar que el relativismo es la actitud de pensamiento que mejor responde a las formas políticas democráticas, como si el conocimiento de la verdad y la adhesión a ella fuesen un impedimento. En realidad -continúa-, a menudo se tiene miedo de la verdad porque no se conoce. La verdad como Cristo la ha revelado es garantía de libertad auténtica y plena para la persona». Juan Pablo II escribe que «si la acción política no se confronta con una instancia ética superior, iluminada a su vez por una visión integral del ser humano y de la sociedad, termina por ser sometida a fines inadecuados, si no ilícitos. La verdad, sin embargo, es el mejor antídoto contra los fanatismos ideológicos en ámbito científico, político o incluso religioso». «Como expertos en las disciplinas sociales y como cristianos, estáis llamados (…) a indicar nuevas pistas y nuevas soluciones para afrontar del modo más justo los problemas urgentes del mundo contemporáneo. La reflexión sobre el sistema democrático no puede limitarse a considerar sólo los ordenamientos políticos y las instituciones, sino que debe llegar a los problemas que plantea el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, de la economía y de las finanzas, a las nuevas reglas para el gobierno de las organizaciones internacionales, a los interrogantes que surgen del desarrollo progresivo y rápido del mundo de la comunicación, para elaborar un modelo de democracia auténtico y completo». El Papa hace hincapié en la necesidad de que los católicos se esfuercen «por hacer viva y dinámica la sociedad civil -con la promoción de la familia, del asociacionismo, del voluntariado- oponiéndose a límites indebidos y condicionamientos impuestos por el poder político o económico; también deben volver a considerar la importancia del compromiso en la esfera pública e institucional, en aquellos ambientes en los que se toman decisiones significativas que atañen a la colectividad y en la política, entendida en el sentido más elevado del término, como hoy tantos desean». «No se puede olvidar -concluye- que son propios de la vocación del laico el conocimiento y puesta en práctica de la doctrina social de la Iglesia, y por tanto, también la participación en la vida política del país, según los métodos y los medios del sistema democrático. Algunos también son llamados a desarrollar un servicio especial a la comunidad civil, asumiendo directamente papeles institucionales en el campo político».