La lucha contra la pederastia
Monseñor Charles Scicluna, “promotor de justicia” del Vaticano y responsable del expediente, declaró que más del 50% de los episcopados han establecido las líneas guía para combatir este mal.
De las líneas guía para luchar contra la pederastia del clero que pidió la Santa Sede han llegado «más de la mitad» de las conferencias nacionales episcopales de todo el mundo.
«Gran parte de los episcopados elaboraron las líneas guía y las sometieron al examen de la congregación, que se llevará a cabo después del verano», dijo Scicluna. «Para las que no han respondido, ya ha partido una carta solicitándolas. Sin considerar el continente africano, que es una realidad particular con gran dificultad en la estructuras eclesiásticas, más de la mitad de las conferencias ha respondido. Este dato parcial no indica uns señal para que se detengan: evaluamos las que hemos recibido y las demás que, poco a poco, nos van llegando».
También indicó que es muy positivo el dato del mundo anglosajón, pero también las conferencias episcopales de Europa, Asia y América Latina han tenido muy buenas respuestas. «Será necesario por lo menos un año para evaluar todos los textos».
En cuanto al caso italiano, «la Conferencia episcopal italiana, como muchas otras, presentó el proprio trabajo a la Congregación. Por el momento la CDF no es capaz de ofrecer un juicio sobre las líneas guía de la CEI, porque esta evaluación todavía no se ha llevado a cabo. Después del verano se hará con la ayuda de algunos expertos. Para todas las líneas guía, si el caso lo requiere, habrá sugerencias muy concretas para la integración de algunos puntos o la revisión de algunos énfasis».
¿Puede ofrecer algún ejemplo? «Si una Conferencia episcopal, por lo que tiene que ver con la relación con las autoridades estatales, cita la ley del estado solo en relación con la defensa de la autonomía de la Iglesia, convendrá, seguramente, completar el cuadro con una descripción precisa, atenta y completa sobre cómo se recibe el delito de abuso sexual en la normativa particular de ese estado y especificar también que, en el pleno respeto del derecho estatal, la Iglesia se compromete a no actuar nunca para disuadir a las víctimas de su derecho de denunciar al estado. Es un compromiso que es necesario hacer explícito, porque de esta forma el cuadro es más completo y justo».
«La experiencia de los que tuvieron la oportunidad de estar presentes en los trabajos del Congreso de la Gregoriana fue muy positiva: algunos prelados –recuerda Scicluna– han testimoniado, con conmoción, que el impacto ha sido muy fuerte. Esta es mi esperanza: no es que hayamos visto una revolución en la mentalidad en estas pocas semanas, pero bajo la guía humilde y valiente del Santo Padre, la semilla justa ha sido plantada en el surco de la Iglesia. La gente pide una conducta atenta de los pastores, esta es una batalla en contra del pecado y contra los crímenes. Y nosotros no podemos perderla: la inocencia de nuestros niños y nuestros jóvenes es un tesoro demasiado preciado para la Iglesia».