LA INFANCIA DE JESUS SEGUN BENEDICTO XVI
En la tranquilidad de Castel Gandolfo, sin audiencias y con muy pocos compromisos públicos, Benedicto XVI está trabajando en el tercer volumen sobre Jesús de Nazaret, dedicado a los Evangelios de su infancia. Un libro muy esperado que podría salir de la imprenta en Navidad.
Desde el primer volumen, Benedicto XVI anunciaba en el prefacio que «espero con la segunda parte poder ofrecer todavía el capítuli dedicado a las narraciones de la infancia, que, por ahora, he dejado pendientes…». Después, en el segundo volumen, Ratzinger explicaba que esas narraciones de la infancia no podían formar parte de la «intención esencial» de la obra, pero indicaba que quería «tratar de permanecer fiel a mi promesa y presentar sobre tal argumento presentar un pequeño fascículo, que se prevé mucho más que un fascículo, pero de menor dimensión con respecto a las páginas de los otros volúmenes (448 y 348 páginas, respectivamente). Lo publicará la Libreria Editrice Vaticana. La decha dependerá de la extensión de la obra y, sobre todo, de los tiempos de la traducción y de una edición cuidadosa».
La infancia de Jesús es un tema que no había ocupado particularmente las reflexiones teológicas de Ratzinger. Como se sabe, solo dos de los cuatro evangelistas describen las circunstancias del nacimiento de Cristo, situándolo en Belén. El primero, Mateo, citando la tradición familiar de José, incluye el episodio de la visita de los Magos del Oriente, la masacre de los inocentes y la fuga hacia Egipto. El segundo, Luca, retoma la tradición de María y detalla muchos particulares sobre la anunciación, el censo, el viaje de Nazaret, la adoración de los pastores. Además, describe el único episodio sobre Jesús que corresponde a los años de su infancia, cuando María y José pierden de vista, durante el peregrinaje a Jerusalén, a su hijo de doce años, al que encuentran mientras «escuchaba e interrogaba» a los maestros del Templo. Narraciones breves pero esenciales. En cambio, los evangelios apócrifos están llenos de particulares, a menudo milagrosos.
Hay estudiosos que consideran que los Evangelios de la infancia son un anexo con respecto al núcleo central, denso de significados simbólicos. Pero el Papa escribió que «para la fe bíblica es fundamental la referencia a eventos históricos reales. No cuenta la historia como un conjunto de símbolos», sino que «se basa en la historia que sucedió sobre la superficie de esta tierra». En muchas ocasiones, Benedicto XVI ha puesto en guardia sobre las presentaciones de un «Jesús tan idealizado que parecería mas bien el personaje de una fábula», y ha recordado que «solo el niño que yace en el pesebre posee el verdadero secreto de la vida».
Los libros del Papa sobre Jesús, además de ser best-sellers mundiales, han suscitado interés y debate incluso en los ambientes universitarios (con los que Ratzinger siempre ha permanecido en contacto), tal y como demuestran los diez congresos sobre el segundo volumen, organizados por diferentes ateneos italianos. Las actas acaban de ser publicadas por la LEV con el título de “Jesús de Nazaret en la universidad” (416 pp., 18 euros)