LA IGLESIA SOBREVIVIRÁ.

LA IGLESIA SOBREVIVIRÁ.

15 de marzo de 2017 Desactivado Por Regnumdei

La Iglesia sobrevivió a las invasiones bárbaras; la Iglesia sobrevivió ola tras ola de jihads; la Iglesia sobrevivió la era de la revolución; la Iglesia sobrevivió al nazismo y al comunismo. 

Fuentes: Religión en Libertad y al pie.

En este comienzo de año, queremos destacar un texto que podríamos tener en cuenta en todos los países de occidente, salvando las diferencias circunstanciales, durante los próximos doce meses: se trata de una de las homilías de Mons. Daniel Jenky, Obispo de Peoria, Illinois (USA).

Mons. Jenky, que se ha “ganado” ser vigilado por una de las organizaciones de Georges Soros, ha sido y es una de las voces más claras del episcopado norteamericano ante la sorda persecución religiosa que ha desatado el gobierno del presidente Obama, con la complicidad de muchos católicos, es decir, la persecución del Nuevo Orden Mundial, que intenta corromper e implantar su pensamiento único a todo el mundo.

La homilía de Mons. Jenky fue pronunciada el 14 de abril de 2012. El 30 de diciembre de 2012 la web Religión en Libertad informó que, el extracto de ella, fue el video más visto de los colgados en esa página.

La Iglesia sobrevivirá, Mons. Daniel Jenky, Obispo de Peoria, Illinois, USA:

“Por 2000 años, los enemigos de Cristo han hecho realmente su mejor esfuerzo. Pero piensen sobre esto: la Iglesia sobrevivió e incluso floreció, durante cientos de años de terrible persecución, en los días del Imperio Romano. La Iglesia sobrevivió a las invasiones bárbaras; la Iglesia sobrevivió ola tras ola de jihads; la Iglesia sobrevivió la era de la revolución; la Iglesia sobrevivió al nazismo y al comunismo. Y por el poder de la Resurrección, la Iglesia sobrevivirá al odio de Hollywood; a la malicia de los medios; a la maldad embustera de la industria del aborto; la Iglesia sobrevivirá a la corrupción reinante y absoluta incompetencia de nuestro gobierno del estado de Illinois e incluso al desprecio calculado del presidente de los Estados Unidos, sus burócratas en el departamento de Salud y Servicios Humanos y de la actual mayoría del Senado federal”.

“Que Dios tenga misericordia, que Dios tenga misericordia especialmente de las almas de aquellos políticos que fingen ser católicos en la iglesia, pero en la vida pública, como Judas Iscariote, traicionan a Jesucristo por cómo votan, por cómo voluntariamente cooperan con lo intrínsecamente malo”.

“Como cristianos debemos amar a nuestros enemigos, y rezar por aquéllos que nos persiguen, pero como cristianos nosotros debemos también defender lo que creemos y estar listos para luchar en defensa de nuestra fe”.

“Los días en que vivimos requieren un catolicismo heroico, no un catolicismo ocasional. No podemos ser por más tiempo católicos por accidente sino, en su lugar, debemos ser católicos por convicción. En nuestras propias familias, en nuestras parroquias, donde vivimos, donde trabajamos. Como aquélla primera generación apostólica, debemos ser testigos valientes del Señorío de Jesucristo. Tenemos que ser un ejército valiente de hombres católicos dispuestos a dar todo lo que tenemos por el Señor, que dio todo por nuestra salvación”.

“Recuerden que en la historia, otros gobiernos han tratado de forzar a los cristianos a amontonarse y esconderse en el ámbito de sus templos, como los primeros discípulos, antes de la Resurrección, encerrados en el Cenáculo. A finales del siglo XIX, Bismarck emprendió su «Kulturkampf», una guerra cultural contra la Iglesia Católica, cerrando todas las escuelas y hospitales católicos, conventos y monasterios en la Alemania imperial. Clemenceau, apodado «el devorador de sacerdotes», intentó hacer lo mismo en Francia, en las primeras décadas del siglo XX. Hitler y Stalin, en sus mejores momentos, apenas toleraron que algunas iglesias permanecieran abiertas, pero no toleraron la acción de la Iglesia en educación, servicios sociales y cuidado de la salud. En clara violación de nuestros derechos de la Primera Enmienda, el presidente Obama, con su agenda radical pro-abortista y extremadamente secularista, ahora parece intentar seguir un camino similar”.

“Las cosas han llegado a tal extremo en nuestro amado país, que esta es una batalla que podríamos perder. Pero ante el tribunal estremecedor de Dios Todopoderoso, esta no es una batalla en la que un católico creyente pueda permanecer neutral”.