La Iglesia en el Cuerno de África
Según monseñor Dal Toso, el hecho de que este año se presente de nuevo el problema de la sequía en el Sahel (región subsahariana que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Cuerno de África, pasando por los Estados del centro-norte del continente africano), confirma la importancia de las intervenciones en este aspecto. La escasez de alimentos consecuencia del impacto de la sequía sobre la agricultura “alcanzará su ápice en los próximos meses. Tanto la comunidad internacional como algunos organismos católicos están tratando de prevenir una crisis”.
El secretario de “Cor Unum” señaló que la Iglesia Católica es minoritaria en los países del Sahel, “en algunos casos constituye una comunidad minúscula en medio de un ambiente marcado sobre todo por el Islam o por las religiones tradicionales”.
“Por ello, -agregó el prelado-, la Fundación Juan Pablo II es también “un instrumento de diálogo concreto con otras religiones. Como nos enseña el Papa insistentemente en estos últimos tiempos, la fe se manifiesta en las obras, y aquello que conseguimos manifestar a través de la caridad quiere ser en lo pequeño, en lo posible, un testimonio de Cristo”.
La Fundación Juan Pablo II nació tras la primera visita del papa Beato al África (mayo de 1980), donde quedó impresionado por la gran tragedia provocada por la sequía y la desertificación. Fue establecida con un quirógrafo el 22 de febrero de 1984, y desde entonces se dedica a la gestión y protección de los recursos naturales, la lucha contra la sequía y la pobreza, así como al desarrollo rural, involucrando a la población local.