La estrategia Abortista de la OMS

La estrategia Abortista de la OMS

22 de octubre de 2025 Desactivado Por Regnumdei

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar claras y urgentes «Directrices para la promoción del aborto» tanto para destruir sus límites como para implementarlo de accesible y a todo nivel en la población, sin límites de edad en todas las situaciones.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar (24 agosto 2025) su Directrices para la atención sobre el aborto que proporciona una guía integral sobre la atención al aborto, incluyendo recomendaciones clínicas, de servicio y de políticas que promueven la despenalización, la accesibilidad y la eliminación de barreras como los periodos de espera obligatorios o las restricciones por edad gestacional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve una visión del aborto como un procedimiento accesible y seguro, enmarcado en el derecho a la autonomía de la mujer. Esta postura, que presenta la interrupción del embarazo como un derecho humano fundamental, nunca ha sido aceptada por la totalidad de los países que forman parte de su estructura.

Es fundamental distinguir entre el concepto amplio de “derechos reproductivos” y un explícito “derecho al aborto”. El primero no implica necesariamente el segundo. Si bien la interrupción del embarazo puede interpretarse como una herramienta para la autonomía femenina, es preciso recordar que la autonomía no es un valor absoluto. Su ejercicio encuentra límites éticos cuando colisiona con otros valores fundamentales, como el respeto a la vida. La disolución de un vínculo tan primario como el del embarazo para maximizar la autonomía personal plantea un serio dilema moral.

El embarazo constituye un vínculo biológico con un origen natural, derivado de la propia fisiología y conducta humanas. En este contexto, la concepción representa un evento con consecuencias irreversibles; no es posible anular el hecho biológico de que una nueva vida ha comenzado. Por tanto, el aborto no es una regresión al estado previo al embarazo, sino una intervención activa que tiene como objetivo terminar con la vida del feto en desarrollo. Desde una perspectiva ética, la terminación deliberada de la vida de un ser humano inocente es una acción intrínsecamente mala, lo que plantea un conflicto insalvable si se utiliza como medio para alcanzar la autonomía personal.

¿Por qué entonces la OMS propone el aborto con tanta insistencia?

Es evidente que sus fines y estrategias, tienen como estructura ideología, que les impide ver la realidad de sus propuestas. En este sentido me parece que, en este aspecto, traiciona su propio nombre. Se convierte en una organización promotora de la muerte, no de la salud.

La insistencia de la OMS en promover el aborto con tal énfasis sugiere que sus directrices podrían estar influenciadas por marcos ideológicos específicos, que priman sobre una visión integral de la salud que incluya tanto a la madre como al no nacido. Esta contradicción pondría en tela de juicio que la organización, en este ámbito, actúe en plena coherencia con su mandato fundacional de proteger y fomentar la salud global.

El tema es importante porque no se trata de elegir entre posibles campañas para mejorar la salud de los ciudadanos, sino de una orientación que directamente provoca la muerte de mucho seres humanos inocentes.

Para comprender las posibles motivaciones detrás de esta postura, es pertinente analizar la estructura de financiación de la OMS. Su presupuesto se compone de:

Cuotas de los Estados miembros: Representan menos del 20% del total y se calculan en función del PIB y la población de cada país.


Contribuciones voluntarias: Componen más del 80% del presupuesto y provienen de Estados, ONG, fundaciones filantrópicas y el sector privado. Dentro de este último grupo, destaca la Fundación Bill y Melinda Gates. Según los datos oficiales para el bienio 2024-2025, su aportación de aproximadamente 703 millones de dólares anuales equivale a cerca del 10% del presupuesto total ejecutado por la organización.
Esta notable dependencia de donantes voluntarios, con agendas e intereses propios, genera interrogantes sobre su capacidad para influir en las prioridades y objetivos estratégicos de la OMS.

En conclusión, el enfoque de la OMS sobre el aborto presenta serias objeciones desde una perspectiva ética. La promoción del aborto, fundamentada en una concepción ilimitada de la autonomía, parece obviar el estatus moral de la vida prenatal. A su vez, la estructura de financiación de la organización, con una fuerte dependencia de contribuciones voluntarias de actores con agendas definidas, sugiere que sus políticas podrían no responder únicamente a criterios de salud pública, sino también a intereses ideológicos y financieros externos.

En actuales directrices a los gobiernos aliados buscan vulnerar la «Objeción de Conciencia»

Impone esta prioridad con un documento sobre la objeción de conciencia ante el aborto.

El documento define la objeción de conciencia como la práctica de los profesionales de la salud que se niegan a brindar servicios de aborto basándose en su conciencia personal o en creencias religiosas.
La Recomendación 22 de la OMS establece firmemente que se debe proteger el acceso y la continuidad de la atención integral del aborto contra las barreras creadas por la objeción de conciencia.

Puntos principales de la propuesta de la OMS

Organización de los servicios de salud: Los servicios de salud deben organizarse de tal manera que el ejercicio de la objeción de conciencia no impida que las personas accedan a los servicios de aborto disponibles.
Responsabilidad del Estado: Cuando se permite la objeción de conciencia, el derecho internacional de los derechos humanos exige a los Estados que tomen medidas para asegurar que esta no funcione como una barrera para el acceso a la atención del aborto. La mera existencia de una regulación no es suficiente; los Estados deben regularla de manera efectiva para garantizar que el aborto sea disponible y accesible en la práctica.

Guía para los Estados: El derecho internacional de los derechos humanos ofrece pautas sobre cómo los Estados pueden asegurar que se respeten, protejan y cumplan los derechos humanos de quienes buscan aborto.

Esto incluye:
Establecer una regulación clara y exigible de la objeción de conciencia.
Asegurar una aplicación adecuada de dicha regulación, identificando, abordando y sancionando el incumplimiento.
Definir claramente quién puede objetar y a qué componentes de la atención.
Organizar el sistema de salud para asegurar que haya suficientes proveedores no objetores empleados y distribuidos equitativamente en todo el país.
Prohibir las objeciones de conciencia institucionales.
Exigir a los objetores que proporcionen una derivación rápida a proveedores accesibles y no objetores.
Requerir que la objeción de conciencia se ejerza de manera respetuosa y no punitiva.
Prohibir la objeción de conciencia en situaciones urgentes o de emergencia.

Consecuencias de una regulación ineficaz:
Si resulta imposible regular la objeción de conciencia de una manera que respete, proteja y cumpla los derechos de quienes buscan abortar, la objeción de conciencia en la provisión del aborto podría volverse indefendible. En tales circunstancias, podría ser apropiado considerar prohibirla y/o revisar los marcos legales y políticos nacionales que rigen las obligaciones profesionales y éticas de los trabajadores de la salud.

Impactos observados:
La objeción de conciencia ha demostrado retrasar el acceso oportuno al aborto y a la atención post-aborto, exacerbándose donde hay una alta proporción de objetores, incluso en emergencias. También se ha relacionado con un aumento de la morbilidad y mortalidad relacionadas con el aborto, y se ha observado que algunos profesionales objetan en el sector público mientras ofrecen servicios de aborto de pago en sus prácticas privadas. Además, impone barreras desproporcionadas en áreas rurales y en contextos donde la regulación es ambigua o ineficaz.

Derechos humanos relevantes:
El acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva (SSR) debe ser disponible, accesible, aceptable y de buena calidad. Se enfatiza el derecho a la información precisa, a la privacidad, a la confidencialidad, a la no discriminación y a la igualdad en el acceso a los servicios de SSR.
En resumen, la OMS aboga por una regulación estricta y efectiva de la objeción de conciencia para garantizar que no impida el acceso a la atención del aborto legalmente disponible, y sugiere que, si no se puede lograr esto, podría ser necesario considerar su prohibición.

La OMS institucion que se asume como institución promotora del aborto


El análisis sereno del documento sugiere que la Organización Mundial de la Salud (OMS) opera bajo la premisa de que el aborto es un derecho humano individual que debe ser reconocido universalmente.

Aunque esta postura no se afirma de manera explícita —dado que este derecho no ha sido acogido en ningún texto universal de derechos humanos—, la implicación se mantiene constante a lo largo del texto.

El documento establece que el acceso a la atención integral del aborto es fundamental para la realización de los derechos humanos, enmarcando consistentemente la provisión de estos servicios bajo la perspectiva de los derechos reproductivos.

Esta insistencia continua en promover y facilitar los medios (químicos o quirúrgicos) para llevar a cabo el aborto, directamente o a través de la expansión de los “derechos reproductivos”, revela un posicionamiento institucional.

En este sentido, podemos argumentar que la OMS traiciona su misión como organismo de Naciones Unidas al adoptar un planteamiento que, aunque pueda ser defendido por naciones (como Francia), instituciones o individuos, no constituye una posición de consenso o un principio aceptado por la ONU.

Dignidad, Conciencia y el Rol de la OMS

La OMS parece pasar por alto la relación indisoluble entre la dignidad humana y la objeción de conciencia. No es viable defender la dignidad de las personas —un principio básico de la Bioética— si se ignora la necesidad de promover los juicios de conciencia individuales en el desarrollo de la vida y el trabajo profesional.

La fidelidad individual a la conciencia es un factor que contribuye a una sociedad más ética, promoviendo una mayor justicia y una mejor calidad sanitaria.

En esta óptica, el derecho a la objeción de conciencia —que sí está reconocido como derecho humano— precede a un supuesto “derecho al aborto” que solo algunos admiten. Incluso en el contexto de una legislación permisiva con el aborto, es imperativo recalcar y proteger la objeción de conciencia.

Paradójicamente la OMS no admite ninguna restricción al aborto, y en cambio propone distintas restricciones para el ejercicio de la objeción de conciencia hasta el punto de poder prohibirlo.

Considerar la objeción de conciencia como una represión de la libertad denota un profundo desconocimiento del sentido de la libertad y promueve una sociedad intolerantemente constrictiva. Imponer el aborto como un derecho es una distorsión completa de la misión esencial de la OMS, que debería caracterizarse por la protección de la salud y de la vida humana.