¿Y ustedes también van a marcharse?
Te pido que leas esta nota:
Del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo muchos discípulos de Jesús al oírle, dijeron: Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo? Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?… El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Había preparado otro documento para enviarte, pensando principalmente en la anticampaña que se sigue haciendo no solo contra la Iglesia y el Papa, sino contra la vida, la familia, el matrimonio y los niños.
Es evidente que estamos ante contextos que fácilmente conquistas el corazón débil. En las situaciones donde la satisfacción, la comodidad, el placer y el tener se hacen tan próximos a las manos humanas, el corazón y el juicio de oscurecen. Se olvidan los momentos de dolor, el valor del esfuerzo, el deber del respeto, del compromiso y la responsabilidad. La vocación de cada uno, el deber para con la familia, la seriedad de los afectos, la coherencia de vida, el ser consecuentes con los principios, etc. todo pasa a un plano inferior ante la sensación y la satisfacción de las pasiones que se llega a poner en el lugar de los derechos, contra todo orden natural, al margen de una auténtica justicia y lejos de la verdadera virtud. Ya no hay un examen de conciencia, una reflexión interna, una prevalencia del bien y lo verdadero en las prioridades de la existencia. Solo se vive sujetos a los apetitos y sensaciones, no se honra la vida y la existencia.
En este panorama no sorprende que algunos se hagan esclavos de sus pasiones y deseos, y los defiendan, aunque sea atentando contra la vida inocente (luego será contra ancianos, enfermos y pobres), negando el orden y la identidad natural en sus propias personas, se desentiendan de sus deberes de familia, descuiden el medio ambiente y el espacio en el que viven, y se hagan intolerantes de lo espiritual, religioso, moral y trascendente.
Lo más lamentable es que esta necedad contamina, tanto la mente y el corazón, de quienes conocieron la misericordia del Señor, la riqueza del Evangelio, la plenitud de la gracia y los gestos compasivos del rostro de Cristo, en quienes les tendieron la mano con el sustento del alma o del cuerpo.
Es esta tiniebla, la que impide reconocer los planes tenebrosos de quienes, en un mismo tiempo, intentan de modo paralelo y en diversos países, imponer la Ideología de Género, así como imponen el aborto, eliminan la libertad de educación religiosa, manipulan la prensa (citando los delitos de siempre de algunos miembros de la Iglesia) y promueven la violencia y la intolerancia contra el Vicario de Cristo, que en su lenguaje paternal y sincero, siempre ha sido objetivo, consecuente y ejemplar.
La prensa en particular, de un modo evidentemente organizado, en el día hoy (12/ 01/18), en vez de condenar los atentados contra Parroquias, los justificó. Las cadenas amistosamente asociadas de CNN, Chilevisión, y radioemisoras aliadas, colocaron en evidencia su plan, al poner en la plana y en la misma jornada el caso Karadima y los abusos sexuales. Se reconoce una torcida insistencia en el tema, cuando los análisis objetivos ,demuestran que la Iglesia es la institución, que ha reaccionado con mayor dureza contra sus miembros, frente a un drama que en otras estructuras que lo padecen, siguen guardando silencio, entre ellos, el mismo ambiente de cine y televisión.
El hecho de que los medios hablen de la Visita Apostólica a Chile no es por el mismo interés que tienen los creyentes, sino por conservar la sintonía que los sustenta. No citan las intervenciones del Papa en defensa de los pobres y los pueblos originarios, no informan de las Campañas de la Iglesia para auxiliar enfermos, inmigrantes, ni nada que sea en promoción de la vida humana y la familia. No dan cabida para los mensajes del Papa y los gestos de fidelidad al Evangelio de tantos sacerdotes, religiosas y laicos que derraman sudor y sangre promoviendo el Evangelio y multiplicado el pan de la mesa de cada familia pobre y el Pan Eucarístico y celestial de los altares. Los medios y la prensa padecen una contaminación ideológica anticristiana y política, comandada desde las mimas bases que impulsan el Aborto y la Agenda LGTB.
Lo más lamentable es el silencio por temor, acomodo, miedo y confusión, de tantos fieles que se dejaron confundir, no entendiendo ni procurando comprender las decisiones, palabras o gestos del Santo Padre, que más allá de lo que el mismo diga o haga, es la voz del Espíritu Santo y el “Dulce Cristo” en la tierra, cuya presencia entre los mismos cristianos es no solo de relevancia humana sino principalmente sobrenatural.
Yo creo, que ni el mismo San Pedro pudo conocer todas las conversiones, luces, milagros y hechos extraordinarios, que ocurrían con su presencia, o por su caminar hacia la ciudad de Roma. En su retina estaban próximas su pecado de negar al Maestro, la traición de Judas, la fragilidad de los apóstoles y la Misericordia de Cristo que los Consagró a ellos en la Primera Misa Eucarística del Jueves Santa, que los amó hasta el extremo de la Cruz, que les mostró su Costado Abierto Resucitado y les regaló su Espíritu Santo en Pentecostés, con el que pudieron ver y comprender lo que antes no, porque eran necios pos sus pecados y tibiezas.
¿Que pasará con nosotros? ¿Que haremos nosotros, que tenemos cerca y en camino, los pasos del Mensajero de la Paz, el Pescador de las humildes sandalias, el Crucificado de cabeza, el que no tiene plata ni oro, solo su Fe en Cristo Resucitado para ofrecernos?
Solo puedo recomendarles ahora manifestar con firmeza su Fe en Cristo, en su Iglesia y en su Vicario, como lo hicieron siempre tantos cristianos que habiendo conocido la fragilidad de los Apóstoles, la traición de Judas, la negaciones de Simón y la espada de Saulo, no abandonaron a Jesús y a Pedro, sino que cantaron el Padre Nuestro y con gozo extendieron sus brazos para abrazar al Mensajero de la Paz, y vieron en medio de las llamas o las fauces del león, la gloria del Señor en el cielo y en el propio Corazón.
Este menaje lleno de faltas ya que fue escrito en mi teléfono no se puede reenviar ni compartir porque fue escrito para Tí, que estas entre mis más cercanos y compartes una Fe y una amistad conmigo. Lo que si puedes compartir es el rostro del Papa Francisco en tus redes, en tu Perfil o portada, porque es el rostro del ·dulce Cristo en la tierra”.
Atentamente Padre Patricio Romero
http://www.padrepatricio.com