Iglesia en Bélgica y la protección de niños
El documento —de 52 páginas— “pretende ser la respuesta de los obispos de Bélgica y de los superiores de los religiosos de Bélgica a los casos de abusos sexuales cometidos por el clero.
Un documento duro y conmovedor que también contiene los medios puestos en práctica para alcanzar algunos objetivos, como: voluntad de estar de parte de las víctimas; romper el silencio; cooperar para el reconocimiento y la reparación; no dejar en paz a aquellos que abusan y asegurar la prevención en el futuro.
En los meses pasados también comenzaron a trabajar los diez centros de contacto para las víctimas y se puso en marcha el procedimiento de arbitraje propuesto por la comisión parlamentaria.
Las víctimas de abusos pueden presentar su petición de reconocimiento, de reparación y de indemnización económica tanto en los puntos de contacto como en el centro de arbitraje.
La nueva comisión tiene diversas tareas que llevar a cabo. En particular, sostener los diez centros de contacto locales; recoger las líneas de comportamiento ya en uso para mejorar la prevención para los abusos o los comportamientos trasgresores; garantizar una comunicación eficaz entre los responsables eclesiales y las estructuras sociales que trabajan en el ámbito de los abusos y de la prevención; y redactar anualmente un informe sobre las denuncias presentadas en los centros de contacto y sobre los sucesivos trámites realizados en cada uno de los casos.