Famoso animador de la RAI ahora sacerdote

Famoso animador de la RAI ahora sacerdote

23 de octubre de 2024 Desactivado Por Regnumdei

Me encontré de rodillas llorando frente a la Virgen.

 


«Tuve éxito, bonitos coches, hermosas mujeres, no me faltó de nada. Viví un poco de ese sentido de omnipotencia que te da notoriedad. Pero faltaba algo. Me encontré de rodillas llorando frente a la Virgen. El redescubrimiento de la fe me permitió releerla con otros ojos y así entendí cómo Dios siempre me ha hablado a través de los hermosos lugares que visité para las transmisiones de televisión, o través de personas que conocí en esas ocasiones»

 

Famoso presentador rompe con todo y deja su vida de lujos para ser sacerdote

 


«Con la Gracia del Señor, emprendí este camino y nunca he mirado atrás»

 

Los presentadores de televisión viven una vida agitada y no todo es color de rosa. Hay algunos que se cansan rápido de la fama porque vivir bajo la atenta mirada de los reflectores puede ser muy difícil. El protagonista de nuestra noticia es caso radical porque ha cambiado de escenario por la religión y ha sido ordenado sacerdote.

 

La identidad del presentador.

Estamos hablando de Fabricio Gatta, uno de los rostros más conocidos de la televisión pública italiana. Tras una dilatada carrera en la RAI 1, quiso cambiar de vida y dio un giro radical a su existencia. Cambió el foco de atención por la religión y asegura estar completamente convencido del paso que ha dado. Es más, dice que se siente mejor y que ahora es muy feliz. Ella ha dado varias entrevistas sobre el tema, pero antes de mostrar sus palabras, debemos analizar el contexto de esta noticia.

Gatta había presentado algunos programas televisivos totalmente consolidados en Italia. Su rostro era conocido, tenía fama y reconocimiento… En una de sus intervenciones reconoció que no se sentía cómodo. El italiano se convirtió en el presentador de la gala señorita italia. Ahora tiene una vida completamente diferente y él mismo ha querido explicar ciertos puntos.
Lo recuerda así: “tuve éxito, bonitos coches, hermosas mujeres, no me faltó de nada. Viví un poco de ese sentido de omnipotencia que te da notoriedad. Pero faltaba algo”.
En una entrevista con el semanario Credere señalaba que una noche soñó con el Padre Pío, “cosa muy extraña porque nunca había tenido devoción por este santo, ni interés particular. Al día siguiente, en la portería, en el buzón, encontré una imagen desgastada del Padre Pío. Esta fue la primera señal que me empezó a hacer pensar”.

 

Fabrizio ha sido uno de los rostros más conocidos de la televisión italiana

Las visitas a una iglesia romana, así como un viaje a Fátima y otro a Jerusalén lo ayudaron en su discernimiento. “Entré en la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro y fui a Tierra Santa. Al encontrarme con monseñor Fouad Twal, (antiguo) patriarca de Jerusalén, le pregunté: ‘¿qué puedo hacer yo?’. Me llevó a conocer a unos niños palestinos que estaban estudiando y adopté a Salem de forma remota. Lo apoyo en sus estudios y es el mejor de la clase”.
Y durante un parón en las grabaciones de su programa viajó a Fátima. Fue una escapada muy breve. “Me encontré de rodillas llorando frente a la Virgen”, confiesa.
Otro hito en este camino que ha llevado a Fabrizio a ser lo que se denomina una vocación tardía fue su experiencia haciendo misión con las Misioneras de la Preciosa Sangre, dando testimonio de la fe allá donde sean solicitados.
En este discernimiento empezó a sentir como nunca antes la misericordia de Dios. La define como “ese manto que a todos cubre”.
“En mi trabajo siempre he contado con la belleza de la naturaleza, de Italia. Las altas cumbres, las profundidades del mar, los animales, los paisajes. Eso me permitió estar siempre en contacto con Dios, aunque no lo supiera”, reconoce el ahora sacerdote.

 

La gracia de la confesión

Gatta recalca que “el redescubrimiento de la fe me permitió releerla con otros ojos y así entendí cómo Dios siempre me ha hablado a través de los hermosos lugares que visité para las transmisiones de televisión, o través de personas que conocí en esas ocasiones. Una belleza de nuestro país, de la creación, que conté en televisión y que ahora llevo conmigo. Una belleza más amplia, la belleza de la vida, que me gustaría mostrar a los jóvenes”.

Y junto a esta belleza de la que quiere hablar también destaca esta posibilidad de “ofrecer misericordia a través de la Confesión, un regalo del que fui el primero en beneficiarme”.

 


Palabras de Fabricio

Fabrizio Gatta, que tras una larga carrera desarrollada en la RAI, la emisora nacional de Italia, decidió abandonar todo y hacerse sacerdote.
Tras un encuentro con Dios dejó todo a los 50 años y en diciembre de 2021, ya con 58 años, fue ordenado sacerdote por la diócesis de Ventiglimia-Sanremo, Italia.
El presentador está convencido de su decisión, de hecho piensa que ahora es mucho más feliz y cree que tiene una vida más plena. “Desde que inicié este camino nunca he mirado atrás.. Y siempre he enfrentado los inconvenientes o novedades que me presentaba esta nueva condición con la fuerza que viene de la Gracia que el Señor me concede”, reconoció en una de sus entrevistas. También ha dejado claro que nunca ha pensado en volver a su antiguo puesto. Sabe que nació para lo que está haciendo ahora.

Fabricio Gatta se hizo sacerdote a los 58 años. Cree que llega un poco tarde y quiere recuperar el tiempo perdido. ¿Como lo hace? Disfrutando ahora. Esa es la razón por la que no se plantea volver a la televisión. Reconoce que en ocasiones fue feliz, de hecho tiene buenos recuerdos, pero cree que ahora lleva una vida más plena.

Ahora que ya ha sido ordenado, Fabrizio Gatta afirma que pese a tener 58 años no quiere ser un “sacerdote mediocre” porque “la mediocridad es incompatible con el sacerdocio”. Por ello, espera estar a la altura de esta inesperada llamada y amar a ese “Dios de lo imposible que ha entrado en la oscuridad de mi vida, esperándome a la vuelta de la esquina”.
Evangelizar y ayudar a los jóvenes es uno de los principales objetivos que se ha puesto el antiguo presentador. “También en esta tierra estamos llamados a una misión: somos un lugar de frontera, un lugar de paso, con una comunidad que ha ido cambiando progresivamente”, explica.
En su opinión, “los jóvenes deben ser los destinatarios de una reevangelización. Han recibido una educación cristiana, pero no logran captar la relevancia que la fe puede tener en su vida. Digamos que más que ‘en contra’ viven ‘sin’ Dios como si pudieran bastarse por sí mismos. Pero no es así”.