Familia Ferrari visita al Santo Padre.
Juan Pablo II recibió en audiencia al presidente de la casa automovilística Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo, y a sus pilotos Michael Schumacher y Rubens Barrichello. El Pontífice saludó con afecto a la «familia» Ferrari, en una audiencia en la que participaron pilotos, dirigentes y técnicos, entre ellos el director del equipo de Fórmula 1, Jeand Todt, y un centenar de empleados y obreros de esa empresa automovilística. El Santo Padre vinculó los numerosos y continuos éxitos de las escudería Ferrari de Fórmula 1 con el «espíritu comunitario» que anima a sus integrantes, quienes desempeñan sus roles en «gran armonía». La Ferrari construirá una nueva unidad del exclusivo modelo Enzo, que se comercializa a 640 mil euros, para entregar el dinero que se obtenga en su venta a las víctimas del terremoto en el sudeste asiático. Se canalizará lo recaudado por su venta por medio de Cáritas, que realiza tareas de ayuda en la zona castigada por el cataclismo. El Pontífice recibió como regalo un modelo pequeño de Ferrari de competición. El modelo es una reproducción reducida a una quinta parte del monoplaza F2004, con el cual Schumacher obtuvo su séptimo título de campeón del mundo Fórmula 1 en la temporada 2004.