La Devoción

La Devoción

17 de diciembre de 2022 Desactivado Por Regnumdei

Si la caridad es como leche, la devoción es la nata

Si la caridad es como leche, la devoción es la nata; si es una planta, la devoción es la flor; si es piedra preciosa, la devoción es el brillo; si es bálsamo escogido, la devoción es el olor que exhala, tan suave que conforta á los hombres y recrea á los ángeles.

Desanimaban á los Israelitas, para que no entrasen en la tierra de promisión los exploradores, diciéndoles que aquel país devoraba á sus habitantes, esto es, que el aire era tan maligno, que no se podía respirándole vivir mucho tiempo, y los habitantes eran gentes monstruosas que se tragaban á los demás hombres como langostas. También el mundo, amada Filotea, procura de este modo desacreditar la santa devoción, pintando á los devotos con un rostro fastidioso, triste y melancólico, y publicando que la devoción produce humores hipocondriacos é insufribles. Pero así como Josué y Caleb aseguraban á los hijos de Israel, que no solo era buena y hermosa la tierra prometida, sino que su posesión les seria dulce y agradable, así también el Espíritu Divino por boca de los Santos, y nuestro Señor por la suya propia, nos aseguran que la vida devota es dulce, bienaventurada y amable.

Ve el mundo que los devotos ayunan, oran, sufren las injurias, sirven á los enfermos, socorren á los pobres, velan, reprimen la ira, sofocan y ahogan sus pasiones, se privan de los placeres sensuales, y ejecutan estas y otras acciones que en si mismas, y por su propia esencia y calidad son ásperas y rigurosas; pero no ve el mundo aquella devoción interior y cordial, que hace todas estas acciones agradables, y dulces y fáciles. ¿Ves las abejas como chupan del tomillo un jugo amarguísimo, y chupándole, por una propiedad que tienen le convierten en miel? Así, ó mundano, aunque las almas devotas encuentran ciertamente mucha amargura en los ejercicios de mortificación, practicándolos la convierten en dulzura y suavidad. Miraban los mártires las hogueras, las hachas encendidas, las ruedas y las espadas como flores y olorosos perfumes, porque eran devotos: pues si la devoción es capaz de hacer dulces los mas crueles tormentos y la muerte misma ¿qué hará con las acciones virtuosas? El azucar dulcifica las frutas verdes, y corrige la crudeza y malignidad que tienen algunas después de maduras; y la devoción, que es como azucar espiritual, quita la amargura á las mortificaciones, y estorba que puedan hacer daño los consuelos: corrige las cuitas de los pobres y las solicitudes de los ricos: quita la desolación al oprimido y la arrogancia al favorecido, la tristeza al solidario y la disipación al que vive en sociedad: sirve de fuego en invierno y de rocío en verano: enseña á vivir así en la abundancia como en la pobreza: hace igualmente útiles las honras que los menosprecios: recibe con un corazón casi siempre igual el placer y el dolor, y nos llena de una suavidad maravillosa.

Contempla en la escala de Jacob un verdadero retrato de la vida devota: los dos largueros en que están afirmados los escalones y entre los cuales se sube, representan la oración que nos alcanza el amor de Dios y los santos sacramentos que nos le confieren: los escalones son los diferentes grados de caridad, por los cuales se va de virtud en virtud, ó bien bajando con la acción á socorrer y sufrir al prójimo, ó bien subiendo con la contemplación á la amorosa union con Dios. Mirad ahora por vida vuestra á los que están en la escala, y veréis que son hombres de corazón angelical ó ángeles en cuerpo humano: no son jóvenes, pero lo parecen, porque están llenos de vigor y agilidad espiritual: tienen alas para volar, y se arrojan á Dios por medio de la santa oración; pero tienen también pies con que caminar entre los hombres por medio de una santa y amigable conversación: su rostro es hermoso y alegre, como que todo lo reciben con dulzura y suavidad: llevan descubiertos los pies, los brazos y la cabeza, para denotar que en sus pensamientos, afectos y acciones no llevan otro fin, ni otro motivo que el de agradar á Dios: el resto del cuerpo está vestido, pero de una ropa hermosa y ligera, porque usan á la verdad del mundo y de sus cosas, pero de un modo puro y sincero, tomando sin empeño ni apego, únicamente lo muy preciso según su condición: tales son pues las almas devotas. Créeme, querida Filotea, la devoción es dulzura de las dulzuras, reina de las virtudes, y perfección de la caridad misma. Si la caridad es como leche, la devoción es la nata; si es una planta, la devoción es la flor; si es piedra preciosa, la devoción es el brillo; si es bálsamo escogido, la devoción es el olor que exhala, tan suave que conforta á los hombres y recrea á los ángeles.

San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota