Evangelio Diario y Meditación

Evangelio Diario y Meditación

26 de septiembre de 2017 Desactivado Por Regnumdei

Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican

Evangelio Diario y Meditación

+Santo Evangelio

Evangelio según San Lucas 8,19-21. 

Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. 

Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte». 

Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican». 

+Meditación:

San Ambrosio  

El Maestro moral, que se ofrece como ejemplo a los demás, había de mandar a todos que abandonasen a su padre y a su madre, porque en caso contrario no serían dignos de llamarse hijos de Dios. El se sujetó primero a esta sentencia, no menospreciando el respeto debido a la madre, porque suyo es este precepto: El que no honrare a su padre y a su madre será castigado de muerte (Ex 21,15). Lo hizo porque sabe que debe más a los misterios del Padre que a los afectos de la Madre. Tampoco rechaza con injuria a los padres, sino que enseña que el vínculo de las almas es más sagrado que el de los cuerpos. No niega que sea su Madre (como algunos herejes pretenden), a quien también conoció desde la cruz, sino que da la preferencia a los mandatos del cielo sobre los vínculos de la carne.

+Comunión Espiritual:

De Santa Margarita María Alacoque

  “Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.