Estados Unidos: a defender la libertad religiosa
(Gaudium Press) Su Santidad Benedicto XVI, a través del Secretario de Estado Vaticano, Card. Tarcisio Bertone, envió un mensaje a la Iglesia de Estados Unidos con motivo de la solemne Eucaristía de clausura de la Quincena por la Libertad. Al inicio de la celebración, llevada a cabo en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington el pasado 04 de julio, el Nuncio Apostólico, Arzobispo Carlo María Vigano, dio lectura al texto enviado desde la Santa Sede.
En su reciente visita Ad Limina, los Obispos de Estados Unidos informaron al Santo Padre sobre las amenazas a la libertad religiosa. El Papa envió un "caluroso saludo y la garantía de su cercanía espiritual" a los asistentes a la Eucaristía, y calificó la Quincena por la Libertad como una "gran sinfonía de oración por la nación y sus líderes". El Santo Padre también expresó su "esperanza de que los fieles serán fortalecidos en su compromiso religioso y patriótico de sostener la más apreciada de las libertades americanas, la libertad de religión".
"Consciente de los graves desafíos del momento presente", manifestó el Card. Bertone, "el Santo Padre anima a la comunidad católica americana, y a los jóvenes en particular, a continuar llevando la sabiduría y la percepción nacidas de la fe a la tarea de contruir una sociedad digna de los más altos principios morales y constitucionales de América". El Santo Padre envió su Bendición Apostólica "como una plegaria de fuerza y paz en el Señor" y encomendó a todos los que tomaron parte en la iniciativa de oración, formación y acción por la libertad religiosa a la protección de la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia.
De esta manera, el Papa se unió espiritualmente a uno de los acontecimientos más importantes en la historia reciente de la Iglesia de Estados Unidos, que pone en juego el respeto a la libertad personal y la posibilidad de vivir y aplicar los valores morales religiosos en la vida cotidiana. La Conferencia de Obsipos Católicos de Estados Unidos se opone de manera radical a la obligación de financiar productos y servicios contrarios a la moral católica, las presiones de la ideología de género sobre los servicios católicos de adopciones, las restricciones al apostolado y atención de inmigrantes ilegales, la exclusión en el uso de edificios públicos para oficios religiosos, la discriminación sobre los servicios católicos de asistencia a víctimas de trata de personas por causa de su objeción moral al aborto, la discriminación a grupos cristianos en universidades y las presiones jurídicas a grupos religiosos para celebrar matrimonios que contradicen su doctrina.