Encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible.

Encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible.

23 de abril de 2013 Desactivado Por Regnumdei

«Es una dicotomía absurda, querer vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia».

 

El Santo Padre en el día de su onomástico presidió a las 10 de esta mañana en la Capilla Paulina del Vaticano, una misa con los cardenales residentes en Roma. El Pontífice agradeció a los purpurados el haber venido a concelebrar con él la Eucaristía. “Gracias -dijo- porque yo me encuentro muy bien acogido por ustedes. Gracias, me siento bien con ustedes”. El Papa centró su homilía en tres puntos: el fervor de evangelización de los primeros cristianos; la Iglesia Madre que nos da la fe; y la dulce y consoladora alegría del misionero. Francisco afirmó que “no se puede creer en Jesús sin la Iglesia”.

 

La lectura de hoy me hace pensar que en el momento en que estalla la persecución se desata también la actividad misionera de la Iglesia. Y aquellos cristianos habían llegado hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y habían proclamado la Palabra. Tenían dentro este fervor apostólico…La fe viene difundida de esta manera.

 

El Santo Padre explicó que la iniciativa de evangelizar y llegar hasta el punto de hablar de ello también a los griegos fue una gracia que infundió el Espíritu Santo, que empujaba cada vez más a los primeros apóstoles. “Pero en Jerusalén -dijo el Papa- esto les puso un poco nerviosos y enviaron a Bernabé, “en visita apostólica”. En sentido humorístico, podemos decir –ha explicado Francisco- la visita de Bernabé fue el inicio teológico de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

 

Y Él vio, y vio que las cosas iban bien. Y así la Iglesia es Madre, Madre de más hijos, de muchos más hijos. Se convierte en Madre, Madre, Madre cada vez más. Madre que nos da la fe, la Madre que nos da una identidad. Pero la identidad cristiana no es una tarjeta de identidad: la identidad cristiana es la pertenencia a la Iglesia, porque todos ellos pertenecían a la Iglesia, a la Iglesia Madre. Porque, encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible. El gran Papa Pablo VI dijo: «Es una dicotomía absurda, querer vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia». Y la Iglesia Madre que nos da Jesús nos da la identidad que no es sólo un sello: es una pertenencia. Identidad significa pertenencia. ¡Pertenecer a la Iglesia, esto es hermoso!

Y cuando Bernabé comprobó con sus propios ojos ha dicho el Papa que “una gran multitud fue agregada al Señor, tuvo una alegría”.

 

«Cuando llegó y vio la gracia de Dios, se alegró»: Éste es el gozo del evangelizador. Y como decía Pablo VI, «es la alegría dulce y reconfortante de la evangelización.» Y esta alegría empieza con una persecución, con una gran tristeza, y termina con alegría. Y así, la Iglesia sigue adelante, dice un santo – no me acuerdo ahora quien – «entre las persecuciones del mundo y los consuelos del Señor”. “Así es la vida de la Iglesia. Si queremos ir un poco por el camino mundano, de la negociación con el mundo, como hacían los Macabeos, -ha dicho el Papa- nunca tendremos el consuelo del Señor”. Si buscamos solo el consuelo, será un consuelo superficial, no el del Señor, que es un consuelo humano.

 

La Iglesia siempre va entre la Cruz y la Resurrección, entre las persecuciones y los consuelos del Señor. Y éste es el camino: quien va por este camino no se equivoca. Pensemos hoy en la actividad misionera de la Iglesia: ellos salieron de sí mismo para evangelizar. Incluso aquellos que tuvieron el coraje de proclamar a Jesús a los griegos, una cosa casi escandalosa en aquel momento. Pensemos en esta Madre Iglesia que crece, crece con nuevos hijos a los que se da la identidad de la fe, porque no se puede creer en Jesús sin la Iglesia.

 

San Jorge

 

La figura y la historia de San Jorge están envueltas en el misterio. Hay poca información sobre su vida, y en cambio son muchas las historias legendarias que se le atribuyen. Lo cierto es que el culto de San Jorge es muy popular tanto en Oriente como en Occidente, desde el siglo IV. La poca información que se conoce se encuentra en la «Passio Georgii» que el «Decretum Gelasianum» del año 496 clasifica entre las obras apócrifas. Se dice que San Jorge nació en Capadocia y fue criado por sus padres a la fe cristiana. Ya de joven adulto se convirtió en tribuno del ejército del emperador de Persia Daciano, pero según otras fuentes perteneció al ejército de Diocleciano que en el año 303 comenzó a perseguir a los cristianos. Fue entonces cuando Jorge distribuyó sus bienes entre los pobres, y después de haber roto el edicto, confesó su fe. Fue sometido a torturas y encarcelado. Allí el Señor le habría predicho la muerte tres veces, y tres veces la resurrección. Los hagiógrafos cuentan una serie de episodios increíbles. La leyenda del dragón apareció en la Edad Media, cuando su figura se identificó con la de los caballeros heroicos. La historia de san Jorge influyó profundamente en el arte figurativo, donde simboliza, entre otras cosas, la lucha contra el mal. En las obras literarias posteriores como «De situ Terrae Sanctae» de Theodore Perigeta, en torno al 530, se afirma que en Lydda, Palestina, hoy Lod , cerca de Tel Aviv en Israel, hubo una basílica de la época de Constantino construida sobre la tumba de San Jorge y sus compañeros. Aunque los expertos aún traten de determinar quién era realmente San Jorge, su historia inspiró profundamente el arte y su figura es y continúa siendo muy querida en todo el mundo cristiano.