EL PECADO DE LA GULA

EL PECADO DE LA GULA

29 de enero de 2016 Desactivado Por Regnumdei

¿En qué consiste la gula y por qué es tan difícil combatirla? ¿Qué ejemplos hay de cuándo es mortal y cuándo venial? ¿Cómo luchar contra la gula?

El P. Antonio Royo Marín, O.P. responde a esas preguntas en “La teología de la perfección cristiana”:

1) ¿Por qué es tan difícil combatir el pecado de la gula?

“El sentido del gusto puede constituir un obstáculo a la perfección por razón de su inmoderada inclinación a comer y beber. La falta de mortificación en este sentido se llama gula. Según Sto. Tomás, la gula es el apetito desordenado de la comida y la bebida (Cf. “Summa”, II-II, q. 148, a. 1.), uno de los vicios opuestos a la virtud cardinal de la templanza.

Dios puso en el alimento un placer que tiene como su propósito la garantía de la función nutritiva para la conservación de la vida del individuo. En sí, experimentar ese placer no implica ninguna imperfección, y no experimentarlo sería una deformidad fisiológica. Pero desde el pecado original, el apetito concupiscible ha sido retraído del control de la razón y tiende a exceder los límites de la razón. Entonces esta sensación se hace pecaminosa, porque la naturaleza del hombre es racional y lo que va en contra de la razón es malo para la naturaleza humana y es contraria a la voluntad de Dios.

La moderación del sentido del gusto ofrece una dificultad especial, porque no podemos prescindir por completo de él. Por un lado, es necesario alimentarnos para preservar la vida; por el otro lado, es necesario mantenerse dentro de los límites de la razón, sin permitir que el placer natural se convierta en el propósito principal del comer.

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2) ¿Cuándo es pecado mortal o pecado venial la gula?

Según S. Gregorio y Sto. Tomás (Ibid., a. 4), uno puede contraer el vicio de la gula de las siguientes maneras: comiendo fuera del tiempo apropiado y sin necesidad; comiendo con demasiada avidez; buscando comida exquisita; preparando comida de excesiva exquisitez; comiendo una cantidad excesiva.

Según Sto. Tomás, la gula puede ser un pecado venial o mortal (Ibid., a. 2). Es un pecado mortal cuando uno prefiere el placer de comer y de beber a Dios y sus preceptos. En otras palabras, cuando uno rompería un precepto grave por el placer de comer y beber, como cuando uno rompe un ayuno o abstinencia [si rompiendo ese ayuno o abstinencia comete pecado mortal]; cuando uno causa serio daño a su salud; cuando uno pierde el uso de la razón como en el caso de la embriaguez; cuando presupone un serio desperdicio de bienes materials; o cuando uno causa grave escándalo por la gula.

Sería un pecado venial si, sin ir a ninguno de los mencionados extremos, uno va más allá de los límites de la prudencia y de la razón. Ordinariamente, el exceso en la comida o la bebida no pasa de los límites de un pecado venial, pero la falta de mortificación respecto al sentido del gusto constituye un gran obstáculo a la santificación de uno.

Como pecado capital, la gula ocasiona muchos otros vicios y pecados porque el intelecto, embotado y nublado por excesiva comida o bebida, pierde el control que debería de tener en la dirección de nuestras acciones. Sto. Tomás, citando a S. Gregorio, designó lo siguiente como hijas de la gula: estupidez o embotadura del intelecto; gozo excesivo (especialmente por la bebida), al cual siguen actos imprudentes y acciones poco dignas; loquacidad excesiva, en la cual suele haber pecado, como dicen las Escrituras (Prov. 10, 19); exceso en palabras y en gestos, que proceden de la falta de la razón o de la debilidad del intelecto; la lujuria, que es el mal efecto más frecuente del vicio de la gula (Ibid., a. 6). Si añadimos a esto que el exceso en la comida y la bebida destruye el organismo, empobrece los afectos, degrada los Buenos sentimientos, destruye la paz de la familia, mina la sociedad (especialmente con la plaga del alcoholismo), y le incapacita a uno de la práctica de toda clase de virtud, hemos resumido el principal efecto desastroso de este feo vicio que rebaja un hombre al nivel de un animal. [*]

[*] “5. Del gozo en el sabor de los manjares, derechamente nace gula y embriaguez, ira, discordia y falta de caridad con los prójimos y pobres, como tuvo con Lázaro aquel epulón que comía cada día esplendidamente (Lc. 16, 19). De ahí nace el destemple corporal, las enfermedades; nacen los malos movimientos, porque crecen los incentivos de la lujuria. Críase derechamente gran torpeza en el espíritu y estrágase el apetito de las cosas espirituales, de manera que no pueda gustar de ellas, ni aun estar en ellas ni tratar de ellas. Nace tambien de este gozo distracción de los demás sentidos y del corazón y descontento acerca de muchas cosas.” (“La subida al Monte Carmelo”, Libro III, Cap. 25)

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3) ¿Cómo se puede luchar contra la gula?

Los siguientes consejos serían de gran ayuda si son puestos en práctica con firmeza y perseverancia:

1) No comer o beber sin antes haber rectificado su intención dirigiéndola al cumplimiento de la voluntad de Dios en satisfacer nuestras necesidades corporals, y con una previa bendición de la comida. Y nunca omitir la acción de gracias después de la comida.

2) Evitar con cuidado los efectos que hemos enumerado anteriormente.

3) Intentar gradualmente, en un período de tiempo, disminuir la cantidad de comida hasta que uno alcanza la cantidad que es necesaria para la salud del organismo. Muchas personas comen una gran cantidad mayor de lo que necesitan en realidad.

4) Evitar la singularidad en la calidad o cantidad de la comida tomada, especialmente si uno vive en una comunidad.

5) Mortificarse positivamente en el uso de la comida. Esto se puede hacer de muchas maneras sin atraer atención: por ejemplo, renunciando a ciertas satisfacciones lícitas en la comida; absteniéndose de alguna comida que es particularmente sabroso o tomando una porción más pequeña; dejar de beber vio o licor cuando uno puede hacerlo prudentemente, o reduciendo su uso a un mínimo. La generosidad en la renuncia propia y el aumento del amo
r de Dios inspirará al alma muchos métodos ingeniosos de practicar una mortificación que es progresivamente más profunda, sin comprometer la salud del cuerpo.

(Fuente: Infocatólica)

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LA GULA

P. Víctor Moreyra, I.V.E.

I. PRESENTACIÓN DE LA CUESTIÓN

a- Santo Tomás trata de la gula en la Segunda Parte de la Segunda Parte de la Suma Teológica. En la Cuestión 148, dentro del Tratado de la Virtud de la Templanza ( Cuestión 141-170 ), como vicio opuesto a la abstinencia ( Cuestión 146-147 ) ; una de las partes subjetivas de esta virtud cardinal.

b- Santo Tomás trata también de la gula en la Cuestión Disputada de Malo, en la cuestión 14.

c- La cuestión se divide en seis artículos : 1-Se pregunta si la gula es un pecado; 2- Si la gula es pecado mortal; 3-Si es el pecado mas grave; 4-Trata sobre las diferentes especies de gula; 5-Si es un pecado capital; y finalmente 6-Se pregunta que vicios se derivan de ella.

d- Las fuentes que usa Santo Tomás son :

– Principalmente San Gregorio Magno, en su obra Moralia In Iob. En todos los Sed Contra de los artículos lo utiliza como argumento de autoridad.

– En la respuesta a la cuarta objeción del artículo dos cita la Regula Pastoralis. ( P. III, cap. 19 ). Asimismo en el Corpus del artículo 6, también cita la misma obra. ( P. III, cap. 19 ).

– En el Corpus del artículo 4, cita a San Isidoro, en su obra Sententiarum Libri, libro II, cap. 42.

II. DOCTRINA DE LA CUESTIÓN :

Pasamos ahora a considerar la doctrina sobre el pecado de la gula que expone el santo en esta cuestión :

1) En primer lugar analiza si es pecado o no :

Como argumento de autoridad usa a San Gregorio en XXX Moralia ( Cap. 18 ), que dice : «Es imposible librar la batalla espiritual si no se vence a este enemigo interior, que es la gula » . Ahora bien, el enemigo interior del hombre es el pecado, por lo tanto la gula es un pecado.

En el Corpus dice que es pecado lo que se opone a la virtud, es decir lo que se aparta del orden de la razón; en lo cual consiste el bien de la virtud moral. La gula es la apetencia desordenada de comer y beber, es decir es algo que se aparta del orden de la razón, por lo tanto es un pecado.

En las objeciones precisa que :

El excesivo apego a los alimentos mancha espiritualmente al hombre.

Que comete pecado de gula quien se excede conscientemente en la cantidad de comida, llevado por el placer producido por los alimentos. Es decir quien no regula por las razón la apetencia de comer.

El pecado de la gula consiste en el desorden en el apetito sensitivo.

2) En segundo lugar, analiza si la gula es pecado mortal.

Como argumento de autoridad cita a San Gregorio en XXX Moralia : «Cuando manda la gula, los hombres se pierden en todo aquello en lo que se han comportado bien, y si no se domina el vientre, éste mata todas las virtudes «. Pero solo el pecado mortal mata todas las virtudes, por tanto la gula es pecado mortal.

En el Corpus aclara que la gula, es decir el deseo desordenado de comer y beber, puede ser pecado mortal y pecado venial.. Para explicar esto, dice que se debe considerar lo siguiente : El orden de la razón que modera la concupiscencia puede tomarse en un doble sentido :

En primer lugar, en cuanto a los medios, cuando éstos no son proporcionados al fin.

En segundo lugar, en cuanto al fin, cuando el deseo desordenado aparta a los hombres del fin debido.

En las objeciones precisa :

La gula es un pecado mortal, que bajo un aspecto se opone al decálogo, en cuanto del precepto del sábado que manda descansar en Dios.

La gula en cuanto nos aparta del fin último, se
opone al amor de Dios, el cual debe ser nuestro fin último por encima de todo.

Aclara unas palabras de San Agustín, en uno de sus sermones sobre el Purgatorio : «Siempre que alguno toma mas alimento y bebida de lo que necesita, sepa que comete pecados pequeños «.

Dice que el santo se refiere a la gula, en cuanto que solo lleva un desorden con respecto a los medios, es decir en cuanto es pecado venial.

La gula mata todas las virtudes, no tanto por si misma, sino por causa de los vicios que se derivan de ella. Según lo que dice San Gregorio en su Regula Pastoralis : «Cuando el estómago es víctima d ela glotonería, la lujuria mata todas las virtudes del alma «.

3) En tercer lugar analiza si la gula es el pecado mas grave.

Usa la autoridad de San Gregorio ( Moralia, libro XXXIII, cap. 12 ) para afirmar que los pecados carnales, entre los que se encuentra la gula, tienen una culpa menor.

En el Corpus : distingue un triple aspecto bajo el cual un pecado se puede considerar mas grave que otro :

En primer lugar, teniendo en cuenta la materia en la que se peca. Y en este sentido, los pecados mas graves son los que se cometen contra las cosas divinas.

Si consideramos la gula según este aspecto, no es el mas grave de los pecados, porque su objeto es lo que sustenta el cuerpo.

En segundo lugar, teniendo en cuenta el sujeto que peca. Y aquí el pecado de gula tiene menos gravedad, sea porque se trata de la necesidad de tomar alimento, o por la dificultad que supone conocer y moderar lo que es conveniente a la razón, en esta materia.

En tercer lugar , teniendo en cuenta los efectos que produce un pecado. Y en este sentido, la gula tiene una cierta gravedad mayor, porque de ella se derivan varios pecados.

En las objeciones precisa :

Que el pecado de gula no tiene por objeto dañar el cuerpo, sino deleitarse en los alimentos, y es accidental que produzca algún daño al cuerpo. Pero si por causa de la gula, es decir por tomar alimentos sin moderación, sufre algún daño el cuerpo; el pecado se agrava.

4) En cuarto lugar , analiza si están bien señaladas las especies de gula.

Usa la división de especies dada por San Gregorio, en Moralia XXX ( Cap. 18 ) : «La gula nos tienta de cinco maneras : nos hace adelantar la hora, exige manjares exquisitos, pide manjares preparados con excesivo esmero, rebasa los límites en la cantidad y despierta una voracidad sin límites «. Es decir que hay cinco especies de gula :

-Comer fuera de hora , sin necesidad.

-Comer con demasiado ardor.

-Exigir manjares exquisitos.

-Comer manjares, preparados con excesivo refinamiento.

-Comer excesivamente.

En el Corpus hace dos cosas :

a- Primero explica la división dada por San Gregorio, y lo hace analizando el desorden que puede haber en el acto de comer. En el cual se distinguen dos partes : El alimento que se toma y el acto de tomarlo. Por lo cual puede haber un desorden en el deseo bajo un doble aspecto :

En primer lugar, en cuanto al alimento que se toma : debemos considerar tres cosas : 1-La sustancia del alimento. Y aquí vemos que a veces se lo quiere bueno estimable, y en esto puede haber desorden; y aquí tenemos una especie de gula, el comer manjares exquisitos. 2-La calidad de los alimentos. Y aquí vemos que a veces exigimos una preparación demasiado esmerada, y en esto puede haber desorden, y aquí tenemos otra especie de gula, el comer manjares preparados con demasiado esmero. 3-La cantidad del alimento. Y aquí puede haber un desorden en el excederse comiendo demasiado; y tenemos otra especie de gula, el comer excesivamente.

En segundo lugar, se puede considerar el desorden en el acto mismo de tomar el alimento. Y aquí hay dos modos de desordenarse : 1-Haciendolo apresuradamente, es decir adelantando la hora de comer, y tenemos aquí otra especie de gula; el comer fuera de hora, sin necesidad. 2-No observando la debida moderación al comer, y tenemos aquí otra especie de gula; el comer con ardor.

b-Después, muy brevemente refiere la división de San Isidoro ( Sententiarum Libri, II, Cap. 42 ) :

San Isidoro reduce a una las primeras especies, y establece la siguiente división :

-Excederse en la sustancia.

-Excederse en la cantidad.

-Desordenarse en el modo de comer.

-Desordenarse en el tiempo de comer.

En las objeciones precisa :

Que las distintas circunstancias : comer fuera de hora , sin necesidad ; comer con demasiado ardor ; exigir manjares exquisitos ; comer manjares, preparados con excesivo refinamiento ; comer excesivamente; dan origen a distintos motivos para obrar, lo cual originan las distintas especies de gula.

5) En quinto lugar se analiza si la gula es un pecado capital.

Usa la autoridad de San Gregorio, que lo incluye entre los pecados capitales ( Moralia XXX, cap.45 ).

En el corpus, hace referencia a dos artículos de la Segunda Parte de la Primera Parte ( 1-2 Q. 84. A.3-4 ), donde se dice que es un vicio capital aquel que causa otros vicios como causa final de los mismos; es decir , en cuanto que tiene un fin tan deseable que los hombres llevados por el deseo del mismo, se sienten atraídos a pecar de diversos modos.

Ahora un fin se hace apetecible cuando posee alguna de las condiciones de la felicidad, la cual es deseable por naturaleza.

Uno de los elementos esenciales a la felicidad es el deleite.

La gula tiene por objeto los deleites del tacto. Por tanto es un pecado capital.

En las objeciones precisa :

Que el objeto de la gula es mas bien el deleite de los alimentos, que los alimentos mismos.

Se distinguen la lujuria y la gula en cuanto tienen un objeto deleitable diverso.

6) En ultimo lugar, analiza los pecados que se derivan de la gula.

Usa como argumento de autoridad a San Gregorio que enumera 5 hijas de la gula ( Moralia XXXI, cap. 45 ).

En el Corpus, afirma que como la gula tiene por objeto el deleite inmoderado en la comida y la bebida; se deben considerar como hijas suyas o derivadas de ella; los vicios que son frutos de ese deleite inmoderado. Es decir, que se deben considerar como derivadas de la misma, los vicios causados por la gula como causa final.

Los frutos del deleite inmoderado son los siguientes :

1-Torpeza o estupidez del entendimiento, en cuanto la razón adormecida por la inmoderación en la comida y la bebida; pierde el gobierno y abandona la dirección de nuestros actos.

2-Desordenada alegría.

3-Locuacidad excesiva.

4-Chabacanería y ordinariez en las palabras y en los gestos.

5-Lujuria e inmundicia, que es el efecto mas frecuente y pernicioso del vicio de la gula.

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S. Eleuterio de Spoleto (s. VI), fue un amigo de S. Gregorio Magno que murió en el monasterio de éste en Roma. S. Gregorio Magno le atribuye haberle curado al bendecirle de una condición por la cual “si no comía a cada instante parecía acabárseme la vida”.
Esa enfermedad que curó S. Eleuterio le hace a uno pensar en la gula, un pecado que debemos evitar si hemos de imitar al Señor, de quien decía la gente en el Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario: “Todo lo ha hecho bien” (Mc. 7, 37). ¡A cuántos nos gustaría que con sólo una bendición se nos curara ese mal! Pero, la realidad es que es un pecado contra la cual se suele luchar toda la vida.