El Espíritu Santo en la Iglesia
“El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, sin él la Iglesia sería un gran movimiento histórico…
“El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, sin él la Iglesia sería un gran movimiento histórico, una compleja institución social, tal vez una suerte de agencia humanitaria”.
El Papa Emérito Benedicto XVI nos recordó que con Pentecostés Dios envía a la Iglesia a anunciar el triunfo del amor sobre el pecado y explicó que la Iglesia revive en este día el misterio de su nacimiento, de su bautismo en el Espíritu Santo, que tuvo lugar en Jerusalén cincuenta días después de la Pascua.
Agregó que «el Espíritu Santo, que con el Padre y el Hijo creó el universo, guió la historia del pueblo de Israel y habló por los profetas, que en la plenitud de los tiempos cooperó con nuestra redención, en Pentecostés descendió sobre la Iglesia naciente y la hizo misionera, enviándola a anunciar a todos los pueblos la victoria del amor divino sobre el pecado y sobre la muerte».
Meditando sobre el Espíritu Santo, lo definió como el «alma de la Iglesia», sin el cual ésta «sería un gran movimiento histórico, una compleja y sólida institución social, tal vez una suerte de agencia humanitaria. Y es así como la consideran los que están fuera de una óptica de fe».
«Sin embargo -añadió el Papa- la Iglesia está incesantemente plasmada y guiada por el Espírito de su Señor. Es un cuerpo vivo, cuya vitalidad es justamente fruto del invisible Espíritu Divino».Más adelante el Pontífice recordó la presencia mariana y su relación con el Espíritu: «En Nazaret, Ella recibió el anuncio de su singular maternidad e inmediatamente después de haber concebido a Jesús por obra del Espíritu Santo, por el mismo Espíritu de Amor fue impulsada a salir al encuentro de su anciana pariente Isabel. La joven María es estupendo ícono de la Iglesia en perenne juventud del Espíritu, de la Iglesia misionera del Verbo encarnado, llamada a llevarlo al mundo y a testimoniarlo en el servicio de la caridad».