“Cristianos masacrados”, Marcha de antorchas
En solidaridad con todas las comunidades cristianas víctimas de persecuciones y discriminaciones en todo el mundo, en el Coliseo de Roma se celebra este miércoles 9 de mayo, una marcha con antorchas, promovida –a raíz de la última matanza de fieles cristianos en Nigeria- por la Comunidad de San Egidio y por la Comunidad Judía de la capital italiana, en la Jornada nacional dedicada a las víctimas del terrorismo.
El comunicado de los organizadores anuncia que esa noche se apagarán la luces del Coliseo, para llamar la atención de la opinión pública ante una trágica realidad que no puede dejar indiferentes. Pues asistimos constantemente a inauditas violencias contra comunidades cristianas en todo el mundo.
Señalando la gravedad de la situación actual en Nigeria, donde la violencia no se detiene ni en los lugares sagrados, matando a decenas de fieles indefensos –mujeres, ancianos y niños– los mismos organizadores invitan a manifestar solidaridad y cercanía a estas comunidades cristianas perseguidas y a rechazar toda forma de fanatismo y extremismo religioso.
El arzobispo de Toledo (España), monseñor Braulio Rodríguez Plaza, envió, por su parte, una carta a los medios de comunicación que lleva por título “Cristianos masacrados”, en la que quiere manifestar públicamente su profunda preocupación por la situación que viven numerosos hermanos en la fe en sus países de origen donde son perseguidos por razones de su fe.
En ella, destaca que “en Nigeria y Kenia, países africanos, y en diferentes lugares de Asia, siguen sucediéndose las masacres de cristianos, sobre todo católicos, que incrementan el número de muertes injustas de hombres y mujeres inocentes. Los atentados son tanto más graves e indignos cuanto que muchos de ellos acontecen en la celebración de la Eucaristía dominical, centro de nuestra fe”.
“Como obispo católico que cree en Jesucristo –prosigue– sé que Él nos manda amar y resistir al mal con el bien, pero estas dolorosas noticias me apenan y, no obstante, pido a los católicos de Toledo oren para que no continúen. Sin embargo, afirmo también que el perdón cristiano no nos exime de rechazar esta injusticia y barbaridad; por eso protestamos y pedimos a las autoridades nacionales e internacionales, y a quienes tengan poder en los medios, no silenciar con la indiferencia ésta y toda persecución religiosa, pues es intolerable”.
Monseñor Rodríguez Plaza comparte estas reflexiones con numerosos fieles diocesanos en ocasión de las visitas pastorales que viene realizando, como en las últimas semanas en la ciudad de Toledo.
Coincidiendo con la iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada de proponer una oración por la Iglesia perseguida desde el 7 de mayo, el arzobispo pidió a los católicos “que eleven en estos días, pero sobre todo el 13 de este mismo mes, oraciones a nuestro Señor por las víctimas y el dolor de sus familias, y que el odio no se instale en nuestro mundo, para que la libertad religiosa sea posible. La fe de nuestra Iglesia se reavive con el testimonio de tantos cristianos que pagan con la vida el amor a Jesucristo Salvador”.
Añade, además, que sería deseable que “tantas voces que se alzan para reivindicar causas justas y derechos humanos que tampoco callaran antes estos hechos que degradan a la humanidad. Toda iniciativa será bienvenida a favor de hombres y mujeres católicos que son atacados sin piedad por el mero hecho de su fe”.
El arzobispo de Toledo en este sentido se pregunta: ¿Es que en este caso no se conculcan principios y se traspasan rayas que, cuando se trata de otros grupos, se ve normal la protesta y la adhesión? La humanidad atacada es la misma, la indefensión y la injusticia son similares”. “Debería existir –añade– el mismo eco en los medios cuando sucede esta persecución religiosa que lleva consigo bárbaros asesinatos. Dios lo quiera”.