Corte Interamericana desprecia al embrión humano
Corte, llamada de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado de Costa Rica por haber prohibido la fecundación in vitro (FIV) hace 12 años. El fallo exige la reactivación de la práctica de esa técnica médica para lograr embarazos.
La sentencia de la Corte , que es de acatamiento obligatorio e inapelable, fue dada a conocer a la Procuraduría General de la República, representante del Estado, y luego a los dos abogados de las 18 personas que hace más de una década denunciaron al país ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En los argumentos de la primera sentencia, con fecha del 28 de noviembre, se comprende que la Corte no interpretó que el término “concepción” coincida con “fecundación”, por lo que debe interpretarse como equivalente a “implantación”.
De esta manera, el embrión humano no sería considerado sujeto de derechos fuera del seno materno por no contar con chances de sobrevida. No obstante, la Corte también relativizó el derecho a la vida, que consideró de carácter relativo ante la vida privada y familiar, según se desprende un análisis recogido por AICA del Centro de Bioética, Persona y Familia.
En el párrafo 264 del “Caso Artavia Murillo y otros (Fertilización in vitro) Vs Costa Rica”, la magistratura interamericana consideró que “el embrión no puede ser entendido como persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana”, y concluyó que “la concepción en el sentido del artículo 4.1 tiene lugar desde el momento en que el embrión se implanta en el útero, razón por la cual antes de este evento no habría lugar a la aplicación del artículo 4”.
La Corte, por tanto, concluyó que Costa Rica “partió de una protección absoluta del embrión” que “implicó una arbitraria y excesiva intervención en la vida privada y familiar” y “tuvo efectos discriminatorios”.
La voz de la Iglesia en Costa Rica
El arzobispo de San José, monseñor Hugo Barrantes, expresó a la prensa que la FIV «está contra la vida, puesto que hay vida desde la fecundación”.
“Supone el desechar embriones, y para nosotros ahí hay vida. Eso es todo un problema ético, nosostros creemos que en la fecundación hay vida y la vida hay que respetarla”, expresó el prelado.
Asimismo, monseñor Barrantes calificó como “bastante dura” la decisión que condena al Estado costarricense por haber prohibido la FIV hace 12 años. “Nuestra Constitución Política está por la vida. Esta técnica pone en riesgo la vida y el hecho de que el Estado tenga que asumir estos procesos implica costos altísimos”, dijo el arzobispo.
Pronunciamiento del Centro de Bioética, Persona y Familia
El Centro de Bioética, Persona y Familia opinó que el fallo “es injusto hacia la vida humana en su etapa embrionaria y subordina los derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la vida y el reconocimiento de la personalidad, al poder de los adultos y de los intereses biotecnológicos”.
Si bien la organización aclaró que no se niega que la vida comienza desde la concepción, “se recurre a un artilugio para sostener que la concepción no equivale a la fecundación sino que la concepción se produce con la implantación”.
Para la ONG, la gravedad radica en que “se desconocen los datos científicos innegables que indican que la vida humana comienza con la fecundación, de modo que los jueces pretenden arrogarse el poder de decidir cuándo comienza la vida humana”. Tampoco el fallo dejaría en claro qué es ese embrión humano.
También denunciaron que “se postergan los derechos de los niños en función de los intereses de los adultos y de los intereses de los laboratorios biotecnológicos”, “se introduce una peligrosa distinción entre ser humano y persona, de manera tácita” y “se relativiza el derecho a la vida durante la etapa prenatal, de modo que se señala que el mismo no tendría carácter absoluto, con lo que se hace un guiño al aborto”.