Santa Esclavitud de amor a María 11
3 de mayo de 2010¡La Jerusalén celestial, la ciudad de Dios, la corte divina! ¿Quién podrá entender su grandeza, riqueza?
¡La Jerusalén celestial, la ciudad de Dios, la corte divina! ¿Quién podrá entender su grandeza, riqueza?
Por medio de Ella aplica sus méritos a sus fieles
El que no evita los defectos pequeños, poco a poco cae en los grandes.
¿Cómo me amará tu Corazón Purísimo si este corazón es de barro?
Si nos acostumbramos a vivir con Ella, nos tratará como las madres a los niños mimados
Por María deben los más pequeños subir perfecta y divinamente al Altísimo
Con esta dichosa esclavitud alcanzaremos la verdadera libertad de espíritu y la dulcísima paz
Entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad
Oraciones y Anotaciones de la cuarta semana y tercera etapa de meditaciones
No te me ocultes nunca, Señora, porque entonces me perderé