Benedicto XVI: “He venido como peregrino"

27 de marzo de 2012 Desactivado Por Regnumdei
Ciertamente la madre es un regalo y esta imagen de la Madre de Dios y Madre nuestra encontrada por humildes pescadores, es un regalo precioso. Por eso todo cubano la conoce bien. Desde pequeñitos vieron su imagen en un rincón de la casa, aunque en la escuela o en la calle no se la viera y no se hablara de ella. De ahí que el deseo de años, el anhelo de cada cubano es peregrinar a su santuario. Durante 400 años, de generación en generación la contemplan, la veneran, le rezan sus plegarias, le cuentan sus alegrías y sus penas, su dolor y sus anhelos de libertad, de vida, de futuro.
Ahí está en el santuario El Cobre, es María de Nazaret morena, con Jesús Hijo de Dios en sus brazos, vestida de dorado y con el sol dorado detrás cubriendo sus hombros y su cabeza, porque ella está en Dios y Dios está con ella. Como le decimos en el Ave María: “El Señor es contigo”.
El niño Jesús que la Madre sostiene en sus brazos, sostiene a su vez el mundo en su mano izquierda rematado por la cruz, y con su mano derecha nos bendice.
“He venido como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Cariad del Cobre –dijo el Papa. Su presencia en este poblado de El cobre es un regalo del cielo para los cubanos – dijo. Y agregó que ha confiado a la Madre de Dios el futuro de Cuba y que rezó por los que sufren, por los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos. Dijo también, entre otros, que no se olvidó de los campesinos y sus familias que ofrecen sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía. 
La entrañable figura de la Virgen de El Cobre ha estado desde el principio muy presente tanto en la vida personal de los cubanos como en los grandes acontecimientos del País. La devoción a «la Virgen Mambisa» ha sostenido la fe y ha alentado la defensa y promoción de cuanto dignifica la condición humana. Por eso el Papa había ya manifestado que él deseaba ir como peregrino a El Cobre a postrarse a los pies de la Madre de Dios, para pedirle que guíe los destinos de Cuba. 
Esta fue la oración del Pontífice a la Virgen del Cobre. (Audio) RealAudioMP3  
Y estas fueron sus palabras dirigidas a los presentes  (Audio) RealAudioMP3
Queridos hermanos y hermanas:
He venido como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad, «la Mambisa», como ustedes la invocan afectuosamente. Su presencia en este poblado de El Cobre es un regalo del cielo para los cubanos.
Deseo saludar cordialmente a los aquí presentes. Reciban el cariño del Papa y llévenlo por doquier, para que todos experimenten el consuelo y la fortaleza en la fe. Hagan saber a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro de su Patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos. También he suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad. He puesto asimismo en su inmaculado Corazón a los jóvenes, para que sean auténticos amigos de Cristo y no sucumban a propuestas que dejan la tristeza tras de sí. Ante María de la Caridad, también me he acordado de modo particular de los cubanos descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África, así como de la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias del conocido terremoto de hace dos años. Y no he olvidado a tantos campesinos y a sus familias, que desean vivir intensamente en sus hogares el evangelio, y ofrecen también sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía. 
A ejemplo de la Santísima Virgen, animo a todos los hijos de esta querida tierra a seguir edificando la vida sobre la roca firme que es Jesucristo, a trabajar por la justicia, a ser servidores de la caridad y perseverantes en medio de las pruebas. Que nada ni nadie les quite la alegría interior, tan característica del alma cubana. 
Que Dios les bendiga.
Muchas gracias.
Ciertamente la madre es un regalo y esta imagen de la Madre de Dios y Madre nuestra encontrada por humildes pescadores, es un regalo precioso. Por eso todo cubano la conoce bien. Desde pequeñitos vieron su imagen en un rincón de la casa, aunque en la escuela o en la calle no se la viera y no se hablara de ella. De ahí que el deseo de años, el anhelo de cada cubano es peregrinar a su santuario. Durante 400 años, de generación en generación la contemplan, la veneran, le rezan sus plegarias, le cuentan sus alegrías y sus penas, su dolor y sus anhelos de libertad, de vida, de futuro.
Ahí está en el santuario El Cobre, es María de Nazaret morena, con Jesús Hijo de Dios en sus brazos, vestida de dorado y con el sol dorado detrás cubriendo sus hombros y su cabeza, porque ella está en Dios y Dios está con ella. Como le decimos en el Ave María: “El Señor es contigo”.
El niño Jesús que la Madre sostiene en sus brazos, sostiene a su vez el mundo en su mano izquierda rematado por la cruz, y con su mano derecha nos bendice.
“He venido como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Cariad del Cobre –dijo el Papa. Su presencia en este poblado de El cobre es un regalo del cielo para los cubanos – dijo. Y agregó que ha confiado a la Madre de Dios el futuro de Cuba y que rezó por los que sufren, por los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos. Dijo también, entre otros, que no se olvidó de los campesinos y sus familias que ofrecen sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía.