Amar a la Iglesia a pesar de sus flaquezas
Amar a la Iglesia a pesar de sus sombras y manchas, como parte del compromiso asumido en el bautismo
Por Benedicto XVI
El pontífice reconoció: «no es fácil ser cristianos».
«Se necesita valor y tenacidad para no conformarse con la mentalidad del mundo –añadió–, para no dejarse seducir de la potente llamada del hedonismo y el consumismo, para afrontar, si es necesario también, las incomprensiones e incluso persecuciones».
«Vivir el bautismo implica permanecer sólidamente unidos a la Iglesia, incluso cuando vemos en su rostro sombras y manchas».
«Ella nos ha regenerado a la vida divina y nos acompaña en todo nuestro camino: ¡amémosla, amémosla como a nuestra auténtica madre!», exhortó el obispo de Roma.
«Amémosla y sirvámosla con un amor fiel, que se traduzca en gestos concretos dentro de nuestras comunidades, sin ceder a la tentación del individualismo y del prejuicio y superando toda rivalidad y división», afirmó.
«Así seremos auténticos discípulos de Cristo», concluyó, recogiendo las enseñanzas y experiencias del Pablo VI sobre el bautismo, sacramento a través del cual tiene lugar «la transfusión del misterio de la muerte y resurrección de Cristo en sus seguidores».