¿Los lefebvristas dijeron que no…?
El superior de la Fraternidad, durante una homilía en un seminario tradicionalista de los Estados Unidos, afirmó que la congregación no está obligada a responder positivamente a la propuesta de la Santa Sede.
El superior de los lefebvrianos, mons. Bernard Fellay, dijo ayer durante una homilía en el seminario tradicionalista Santo Tomás de Aquino de Winona, Minnesota, que la Sociedad Sacerdotal San Pío X «está obligada a decir que no» a la propuesta de reconciliación del Vaticano. La homilía fue publicada en el sitio del seminario.
Monseñor Fellay explicó a sus seguidores que la Santa Sede «ha aceptado todas nuestras peticiones», desde el punto de vista organizativo y práctico, mejorando así la propuesta que había hecho el 14 de septiembre del año pasado, pero que desde el punto de vista doctrinal todavía existe una profunda distancia. La Pontificia Comisión Ecclesia Dei, encargada de las relaciones con los grupos tradicionalistas, según Fellay, pide a los lefebvrianos que acepten los «puntos controvertidos del Concilio (puntos ambiguos sobre los que hay discrepancias), como el ecumenismo y la libertad religiosa, que deben ser interpretados siguiendo la doctrina perpetua de la Iglesia. Si, pues, hay algo ambiguo en el Concilio, debéis leerlo como la Iglesia ha enseñado a hacerlo durante la historia».
El problema, para el superior de los lefebvrianos, es que, como ejemplo de continuidad entre la doctrina tradicional de la Iglesia y las enseñanzas del Concilio Vaticano II, se plantean el ecumenismo y la libertad religiosa «tal y como se interpretan en el Catecismo de la Iglesia católica, que son exactamente los puntos que nosotros rechazamos del Concilio».
La respuesta lefebvrianos fue enviada a Roma y ahora se encuentra en la Comisión Ecclesia Dei, que la está analizando: «Están reflexionando todavía, lo que quiere decir que se encuentran, probablemente, indecisos», comenta el superior tradicionalista. «Hemos dicho claramente que si nos aceptan tal y como somos, sin cambios, sin obligarnos a aceptar estas cosas, estamos listos. Pero si quieren hacernos aceptar estas cosas, entonces no lo estamos –concluyó».
«Creo que no podría haber una confusión mayor», comenta en tono irónico el líder tradicionalista, al indicar que las palabras “tradición” y “coherencia” tienen un significado para la jerarquía católica con respecto al que le atribuyen los lefebvrianos. «Es por ello –resume Fellay– que nos vemos obligados a decir que no. No firmaremos. Estamos de acuerdo con el principio, pero consideramos que las conclusiones son contrarias».
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Y de todo esto que diría San Pío X: “No permitáis que vosotros mismos seáis engañados por las taimadas declaraciones de aquellos que persistentemente claman que desean estar con la Iglesia, amar a la Iglesia, luchar para que la gente no salga de ella… sino juzgarlo por sus obras. Si ellos desprecian a los pastores de la Iglesia e incluso el Papa, si intentan por todos los medios evadir su autoridad para eludir sus directivas y juicios… entonces, ¿de qué Iglesia hablan esos hombres? Ciertamente no de la establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Jesucristo mismo como la piedra angular” (Ef 2,20)
San Pío X, discurso del 10 de mayo de 1909