Crónicas de Confinamiento: Dieron sus vidas

Crónicas de Confinamiento: Dieron sus vidas

17 de mayo de 2020 Desactivado Por Regnumdei

Más de setenta sacerdotes fallecidos, por Covid 19 en  labores de su ejercicio ministeriales España

 

 

La Conferencia Episcopal de España ha detallado este número es al margen de los sacerdotes que han fallecido, con avanzada edad, en residencias o casas religiosas, sin los recursos y las atenciones médicas necesarias.

A falta de conocer los datos exactos, la Conferencia Episcopal Española estima que unos setenta sacerdotes diocesanos de la vida religiosa han fallecido desde el inicio de la pandemia del coronavirus vinculados al ejercicio del ministerio. Así lo ha precisado el Secretario General de la CEE, Don Luis Argüello, que ha detallado que otros sacerdotes de edad avanzada han fallecido en residencias o casas religiosas.

Preguntado por la situación de los mayores que se han visto afectados por el COVID-19 y la imposibilidad de que muchos de ellos no pudiesen ser atendidos, el portavoz ha indicado “que hemos vivido un momento en el que los profesionales saniarios se han visto desbordos y han vivido su toma de decisión como un drama personal sobre todo finales de marzo y primeros días de abril, cuando en las UCI no había respiradores y desde ahí se produjo el drama”.

Un drama que para Don Luis Argüello pone encima de la mesa una cuestión ética, y hace alusión a las palabras del Papa Francisco de no considerar a los ancianos como un grupo de descarte, sino la importancia de mirar a cada persona: “Puede provocarse una situación de carencia de medios que obligue a tomar decisiones, pero lo que éticamente es inaceptable es que esa decisión se tome sin más mirando el carnet de identidad”, subraya el portavoz.

Para el Secretario General, cada enfermo tiene que ser mirado en su propio rostro: “Esto ha provocado que determinados mayores de residencias de ancianos, por el mero hecho de ser mayores, ni siquiera fueran llevados al hospital por esa falta de medios, y no tuvieron ni siquiera un tratamiento paliativo. Por tanto hubo muertes en soledad y con la tremenda angustia de sentirse ahogado. El cuidado de los ancianos, de los niños y la despedida de los difuntos marcan una civilización. Esto debe ser repensado”, continuaba.

Todo ello provocó que muchas personas quisieran recibir consuelo espiritual, algo que se ha estabilizado en los hospitales, si bien es cierto que en los momentos más duros de estas crisis, los capellanes no podían acceder hasta donde estaban los enfermos por carecer de instrumentos de protección, tanto los capellanes como los profesionales sanitarios. A este respecto, el Secretario General de la CEE ha asegurado que “la manera de despedir a los difuntos cuando no se puede hacer nada por ellos científicamente, está el consuelo de la fe, que adquiere toda su importancia. Nuestra sociedad secularizada también debería pensar en estas cuestiones”.

Sobre la celebración de los sacramentos una vez se inicie la desescalada, Don Luis ha señalado que están en conversación con los médicos para poder en el programa de salida y transición a la nueva normalidad dar respuesta a quienes viven esta Cuaresma-Pascua desde casa: “Respetando las condiciones sanitarias y lo que las autoridades sanitarias dicten para la ciudadanía. En este tiempo, la Eucaristía se celebra en sitios como monasterios, casas sacerdotales por los difuntos del coronavirus y otras enfermedades, que tampoco pueden recibir las celebraciones exequiales. Estas familias reclaman la posibilidad de tener un funeral. Tampoco en mayo o junio se podrán celebrar las Comuniones, y muchas diócesis hemos dado algunas pautas poniendo como referencia los meses de septiembre y octubre. Pero nosotros queremos asegurar al pueblo santo de Dios tener relación directa sacramental con el Resucitado y que nos invita al amor fraterno”.

Los médicos insisten en medidas de protección en las iglesias, con pautas que se aplican, algunas de ellas, antes del Estado de Alarma, como que no haya agua bendita en las pilas, ofrecer a quienes accedan al templo la posibilidad de que se laven las manos, el uso de mascarillas, pensar cómo distribuir la comunión asegurando que no haya cauces de contagio, o respetando la distancia física.

 

Fuente: COPE