John Ronald Reuel Tolkien
“El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”, se encuentra en proceso de beatificación.
Fuente: ZENIT
Tolkien era católico devoto. Por mantener su fe incluso ante la oposición de su familia paterna, se les retiró la ayuda económica familiar al morir su papá: Ronald sintió que su madre fue una verdadera mártir de la fe por su firmeza en las dificultades, reforzando sus creencias. Asistía a misa a diario con profunda devoción a la Eucaristía y a la Virgen María. Su hijo mayor, Juan, fue ordenado sacerdote.
En varias cartas, Tolkien subrayó la fuerza de la Eucaristía para fortalecer la fe. En una carta de 1941 a su hijo Michael, describió el Santísimo Sacramento como una fuente de «encanto, gloria, honor, fidelidad y el verdadero camino de todo amor en la tierra», pasaje citado por el Papa Francisco en la homilía de la misa de Navidad en 2023. Tras comprometerse en matrimonio durante 1913, su novia Edith se convirtió al catolicismo y se casaron el 22 de marzo de 1916. Tuvieron cuatro hijos. Tolkien nació en el Estado Libre de Orange, hoy parte de Sudáfrica, y tradujo el Ave María y el “Sub tuum praesidium” al quenya, idioma artificial de Arda que colocó en el universo ficticio creado para la narración de su novela. Se inspiró en la Virgen para crear la figura de Galadriel, personaje de “El Señor de los Anillos”.
Todos sabemos que Tolkien era un católico devoto, hecho evidente en su participación diaria en la Misa y su amor por la Eucaristía. Estas prácticas no solo modelaron su vida personal sino que también se reflejan en su obra literaria, donde se pueden encontrar paralelismos y simbolismos cristianos, sin que sean tan evidentes como, por ejemplo, los libros de Narnia de C.S. Lewis.
La obra de Tolkien es reconocida no solo por su calidad literaria sino también por su profunda inmersión en temas como el sacrificio, la verdad, la esperanza y la comunidad. Estos elementos, fundamentales en la enseñanza católica, están presentes de manera implícita en las aventuras de sus personajes en la Tierra Media.
Aunque el proceso formal de canonización de Tolkien aún no ha comenzado, se han realizado eventos y promovido oraciones para fomentar el conocimiento de su fe y su influencia en su trabajo literario. Estas actividades muestran un creciente interés en su figura como un posible santo.
De hecho, en 2015, el Arzobispo de Birmingham, mostró el apoyo para que la causa de canonización pudiese iniciarse.
Las novelas Tolkien fueron populares: se publicó “El hobbit” en 1937, originalmente escrito para sus hijos. “El Señor de los Anillos”, subdividida en tres volúmenes se publicó entre 1954 y 1955. En 1953 escribió al jesuita Robert Murray comentando que esta narración era «una obra intrínsecamente católica». Varios grupos han promovido su beatificación. El padre Daniele Ercoli, de Turín, y asociaciones católicas inglesas pidieron en 2015 al arzobispo Bernard Longley, de Birmingham, iniciar el proceso. El arzobispo Longley expresó su agradecimiento por los esfuerzos de la Sociedad Tolkien y delegó la promoción de la causa de beatificación en el padre Julian Booth. La causa sigue abierta.