Dana y la Iglesia enfrentados en el lodo
Una víctima de la DANA en Algemesí pregunta por Dios y un sacerdote le señala la respuesta: «¿No lo ves?»
Sergio Pelarda, sacerdote y consiliario en Valencia, describe cómo ha encontrado esperanza y alegría en medio de la devastación causada por la DANA
Fuente: COPE
Un ataque al corazón de la Iglesia, el pueblo fiel, al que la Iglesia responde de inmediato con la caridad de Cristo
«Cuando la gente veía a un sacerdote entre el barro, me abrazaban y se echaban a llorar». Con estas palabras, Sergio Pelarda, sacerdote en el Seminario Menor de Valencia y consiliario en la Delegación de Infancia y Juventud, cuenta cómo han sido los primeros días de ayuda en las localidades más afectadas por la DANA.
Sergio explica que, cuando la tormenta comenzó a azotar la región hace una semana, él estaba en el seminario de Valencia con los jóvenes. «Dos chicos que están en el seminario son de zonas afectadas», cuenta. «Uno de ellos es de Sedaví, un pueblo cercano, y no pudo regresar a su casa hasta el viernes por la noche. Estuvimos juntos esos días, haciendo oración, rezando el rosario, en adoración, unidos en la fe y en la preocupación».
Consciente de la situación, el sábado por la mañana decidió viajar para ver a su familia y asegurarse, porque viven en pueblo levemente afectado por la DANA, de que estuvieran bien. Sin embargo, durante el trayecto «dije, ‘No puedo ir a casa ahora. Mi corazón me pide estar con mis hermanos.’ Entonces me salí de la carretera, di la vuelta con la escoba que tenía en el coche, y fui directo a ayudar». Al llegar a Algemesí, uno de los pueblos más golpeados por las inundaciones, Sergio se unió a los esfuerzos de rescate y limpieza, ayudando sin descanso.
«El sábado fue un día desgarrador», recuerda Sergio. «Vi a personas que lo han perdido todo, familias que ya no tienen nada. Fue impactante ver cómo, a pesar de las pérdidas, la gente seguía adelante con alegría. La alegría de la gente dando la vida». Se emociona al recordar a los jóvenes, que de inmediato se organizaron para ayudar en las calles, ofreciendo asistencia «casa por casa» a las familias afectadas: «Lo que más me sorprendió fue la actitud de la gente, especialmente la de los jóvenes. Estaban trabajando sin descanso, sin pedir nada a cambio. Era el evangelio hecho vida, el Evangelio hecho realidad. No sólo palabras, sino obras, como decía San Pablo».
«La iglesia respondió de inmediato»
A través de grupos de WhatsApp y en constante contacto con las parroquias de la ciudad, Sergio ha sido testigo de la gran movilización ciudadana y parroquial: «La Iglesia respondió de inmediato. Los jóvenes y las parroquias se organizaron en cuestión de horas. Ha sido brutal, brutal. La parroquia se ha convertido en, como diría el Papa Francisco, en un hospital de campaña en el que la gente viene a pedir, los voluntarios de Cáritas están allí recogiendo alimentos, materiales para de desinfección… Es increíble, increíble».
Durante esos días, hubo momentos que han marcado profundamente su corazón. En una de sus visitas a Alfafar, otra localidad devastada, conoció a una mujer que lo había perdido todo, pero que, en vez de lamentarse, se preocupaba más por el bienestar de sus vecinos: «Es algo impresionante», dice Sergio, conmovido. «Esta mujer no tiene nada, absolutamente nada, y aun así pensaba en los demás antes que en sí misma. No paraba de decir que ayudásemos a sus vecinas en vez de a ella. Fue un acto de generosidad pura, el evangelio en acción».
«Dónde está dios en todo esto?»
«Un hombre en Algemesí me preguntó: ‘¿Dónde está Dios? ¿Dónde está Dios en todo esto?'», relata. Ante esa pregunta, Sergio sintió una profunda revelación: «¿No lo ves? ¿No ves el amor que está surgiendo aquí? Es cierto que no sabemos por qué ocurren estas cosas, que no podemos entender. Si no clama nuestro corazón, si no grita y no le pide al Señor explicaciones, ¿Qué pasa? ¿Somos de piedra? Pero si sabemos leer los acontecimientos, a lo largo de la historia y sabemos leer nuestra vida hoy, vemos que el Señor está sacando mucho bien, mucho bien. Y ojalá la gente que está yendo y no conoce todavía al Señor, lo pueda encontrar entre el barro. Ojalá, ojalá, ojalá».
«En Valencia ha empezado ya el jubileo»
Para Sergio, esta tragedia ha adelantado el Jubileo de la Esperanza que celebraremos el año que viene: «Es nuestro Jubileo, nuestra peregrinación», asegura. «En Valencia ha empezado ya el jubileo. La peregrinación de Valencia es esta. Es esta. La Iglesia de Valencia es la que ha de llevar Esperanza a estos lugares».
Sergio reflexiona sobre la experiencia que esta crisis ha dejado en su corazón: «Después de todo lo vivido, esta mañana al despertar en mi cama, me sentí abrumado. Muchos no tienen hoy esa posibilidad, muchos no tienen un techo, ni pueden sentarse a desayunar, y muchos niños no pueden ir a la escuela. Pero aquí estoy, porque el Señor me ha llamado a estar aquí y hacer lo que pueda».
La DANA ha transformado a la sociedad española durante esta última semana. Cientos de personas han fallecido, una gran cantidad está desaparecida y muchas personas han lamentado pérdidas materiales o, peor aún, humanas. Es en este momento tan trágico cuando los ciudadanos están mostrando su cara más solidaria con los demás y, también, su fuerza para seguir adelante en un momento tan difícil.