Profesor a prisión por tercera vez: Por no enseñar LGTB

Profesor a prisión por tercera vez: Por no enseñar LGTB

4 de septiembre de 2024 Desactivado Por Regnumdei

Pero fue a trabajar a pesar de la prohibición.


El profesor Enoch Burke ha sido encarcelado por tercera vez por negarse a respetar la prohibición de acercarse a la escuela donde enseñaba. ¿El motivo de la prohibición? Se negó a hablar con un estudiante en lenguaje de género. Pero por contrato debía presentarse al trabajo y la consecuencia era evidente en ambas situaciones.

Desde el 22 de agosto de este año, Enoch Burke había ingresado o se había acercado a la escuela del Hospital Wilson en el condado de Westmeath, Irlanda, en numerosas ocasiones. Como resultado, el tribunal lo envió a prisión y dictaminó que había violado la prohibición que se le había impuesto.

Burke fue arrestado en los terrenos de la escuela. Miembros de su familia estaban con él. El maestro sabía que volvería a prisión; sin embargo, manifestó que estaba obligado a presentarse a su trabajo.

Burke no quería hablar con el estudiante usando el pronombre que le exigían debido a la adhesión a la ideología de género; la dirección también requirió el uso de un pronombre. Como Burke se negó, las autoridades escolares le impusieron una orden de restricción.

Enoch Burke, que es protestante, salió de prisión en junio. Pasó un total de 400 días tras las rejas durante dos períodos. Le dijeron que si iba a la escuela volvería a prisión. Cumplió sin embargo con su última condena por desacato al tribunal, que consideró que estaba ignorando sus decisiones, que le advertía que podía salir de prisión si se disculpaba.

Pero el maestro señaló a los representantes del sistema de justicia, que tendrán que responder ante Dios por sus acciones. Burke enfatizó que tiene derecho a creer que sólo hay dos géneros y nada lo obligará a llamar niña a un niño y viceversa. Acusó al tribunal de violar el derecho a profesar la religión cristiana.

Como dijo en una conversación con periodistas, odia estar en prisión, pero no le queda otra opción. Destacó que vino a la escuela al comienzo del nuevo año escolar, porque venir a trabajar era su deber. Su despido, señaló, no era vinculante, pues había apelado la decisión y aún no se habían agotado todas las vías legales; todavía recibe un salario.