Meta- Facebook y la censura ideologizada
¿Mark Zuckerberg reconoce que recibió presiones para censurar?
¿Pero para quien es novedad la política de las poderosas plataformas?
Zuckerberg reconoció que Meta, propietaria de Facebook, WhatsApp e Instagram, se enfrentó a «presión» de la administración Biden para suprimir el contenido relacionado con COVID-19, incluido el humor y la sátira.
En la carta, Zuckerberg afirmó que Meta, en última instancia, tomó sus propias decisiones sobre la eliminación de contenido, pero lamentó no haber sido más explícito sobre la presión indebida del Gobierno.
La administración Biden admitió en 2021 que estaba notificando a Facebook sobre publicaciones que supuestamente difundían información errónea sobre COVID-19 como parte de los esfuerzos para combatir lo que el Cirujano General de EEUU Vivek Murthy describió la noticia como «una amenaza inminente e insidiosa para la salud de nuestra nación», pero la carta de Zuckerberg sugiere que las notificaciones fueron demasiado lejos.
¿Pero para quien es novedad la política de las poderosas plataformas?
La red social pasa continuamente el rodillo ideológico para censurar algún contenido o post como el que decía «Jesús murió para que tu pudieras vivir».
Era cuestión de tiempo de que se reconociera que que la ideología woke impera en Facebook prohibiendo un post de alabanza a Jesús, de Semana Santa de familia cristiana o valores religiosos.
De hecho Meta bloqueó un mensaje de Monseñor Munilla
Según informa el periodista Álex Navajas, Facebook e Instagram, las dos redes sociales del gigante estadounidense, cancelaron la publicación del obispo de Orihuela-Alicante, en el que criticaba a un periodista que omitía a Dios en una traducción.
El prelado lamentaba en sus perfiles públicos que un periodista de Televisión Española omitiese por completo las referencias a Dios que realizó en inglés la atleta alemana Yemisi Ogunleye, en las que le daba gracias (a Dios) –en reiteradas ocasiones– por el resultado obtenido. Ogunleye, que se colgó la medalla de oro por su sobresaliente actuación en lanzamiento de peso, expresó con naturalidad su agradecimiento a Dios, algo que el periodista que traducía al español «olvidó» todas las veces. El reportero se limitó a «mutilar» las palabras de la ganadora de la medalla de oro, refiriéndose a «la paz», a «los sentimientos» y a que la atleta tenía todo «muy claro en su mente». «El periodista no sabe inglés… o el periodista es sordo…», señaló irónicamente el prelado.
Poco tiempo después de la observación que hizo monseñor Munilla en sus redes sociales, Meta –la matriz de Facebook e Instagram– decidió suprimir la publicación, mostrando dos lacónicos mensajes: «Tu vídeo está bloqueado en varias ubicaciones» y «este contenido no está disponible en este momento».
Lo mismo ocurre con una serie de contenidos valóricos y confesionales, que lejos de ser violentos, se refieren a los conceptos más profundos de la fe, la devoción y la moral cristiana. La noticia no se deja esperar: «Tu vídeo está bloqueado en varias ubicaciones»
El Cristo de San Damián censurado
La escultura representa a Jesús crucificado en la Cruz de San Damián, y su foto fue usada por la Franciscan University of Steubenville (Ohio, EE.UU), una universidad católica. Esta quiso llevar a cabo una campaña publicitaria en Facebook para promocionar un curso de Teología, pero Facebook consideró que la imagen era «impactante, sensacionalista y excesivamente violenta».
Así lo afirman desde la universidad en su blog oficial en un post titulado «Fue rechazado». En palabras de la Franciscan University, «la Crucifixión de Cristo fue todas esas cosas. Fue la acción más sensacionalista de la historia: el hombre ejecutó a su Dios. Fue impactante, sí: Dios se dignó a encarnarse y fue «obediente hasta la muerte», incluso la muerte en una cruz «. Y ciertamente fue excesivamente violento: un hombre azotado durante los últimos instantes de su vida, clavado en una cruz y dejado morir». Pero Meta no usa los mismos criterios para los contenidos WOKE o aquellos que ridiculizan la fe católica o promueven la ideología de género.
Los «discursos de odio» sobre los que Facebook dice mantener el control se han convertido en un sinfín de textos legales donde se arrogan el derecho de hacer lo que quieran con los usuarios, con sus datos y con sus perfiles. El negocio billonario de Mark Zuckerberg se ha construido a base de actos cuestionables que le llevaron a ser el primero en llegar a internet hace más de 20 años.