DEFINIENDO HIPOCRESIA
Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Griego: Ûpokrisˆa.
Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. La palabra «hipócrita» designaba, en el teatro griego, al actor que utilizaba máscara y disfraz para representar una personalidad ajena a la suya. Su objetivo era deleitar al público. El pecado de hipocresía es fingir cualidades o sentimientos. Es una forma de mentir.
La hipocresía es el acto de fingir y ostentar, constante o esporadicamente creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que se exigen en las demas personas, y que uno en realidad no tiene o no sigue. La hipocresía en si es un tipo de mentira o pantalla de reputación.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales, o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace.
Es decir, una persona hipócrita, es aquella que pretende que se vea la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre si misma, propagandose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actue de la misma forma, ademas de que se glorifique su accionar, aunque sus fines y logros estan alejados a la realidad.
Con el advenimiento de la sociedad de la información, la hipocresía ha venido a ser un conjunto de reglas para moverse en el mundo. Aquí se debe destacar la naturaleza del conjunto de reglas, que oscilan entre lo permitido y lo prohibido, así como la capacidad de moverse en el mundo, reconociendo los contenidos simbólicos del mismo.
La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta en los modos simple y combinado: la simulación y el disimulo. La simulación consiste en mostrar lo que se desea, en tanto que el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar.
Alguien que cree que tiene derecho a tener un amante pero que su cónyuge no tiene tal derecho, tiene doble moral. Sin embargo, alguien que condena todo lo relativo al adulterio pero lo comete, es hipócrita y falto de autoestima la hipocresía es como la mentira porque pretenden ser alguien que no son engañan a los demás una persona que hace eso se considera como hipócrita.
No se debe confundir la hipocresía con el cumplimiento del deber cuando no se tiene ganas.
Hipocresía es fingir. Muy distinto es luchar contra la tendencia de la carne motivado por un sincero esfuerzo por hacer el bien. Todo ser humano tiene una lucha interior.
Hacer la voluntad de Dios con frecuencia requiere gran esfuerzo. Por ejemplo: El que no tiene ganas de ir a misa o ser caritativo, pero lo hace en conciencia. Dios es Verdad y es incompatible con la mentira. Jesús nos enseña a ser personas de la verdad, hijos de la luz.
Dice Jesús: «Yo soy la Verdad» -Juan 14, 6. Quien vive y habla la verdad actúa como hijo de Dios que es verdad pura: «Sea vuestro lenguaje: «Sí, sí»; «no, no»: que lo que pasa de aquí viene del Maligno» -Mateo 5,37.El Maligno es el padre de la mentira porque en el encuentra la mentira su origen. El que miente se asocia a Satanás (Cf. Juan 8, 42).
La religión de los fariseos era hipocresía. Esta es la peor hipocresía porque utiliza la relación con Dios como objeto de vanagloria personal. Esto causa escándalo e incita a que otros rechacen la religión.
Un ejemplo de hipocresía (o de gran ignorancia) es ir a comulgar con indiferencia a la Gracia o a la Iglesia: «Recibir la comunión sin creer en la doctrina de la Iglesia o sin estar en estado de gracia es un acto grave de hipocresía que afecta tanto al comulgante como a todo el pueblo de Dios» -Arzobispo Chaput. Denver, 26 IV 04.
«¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios?» Juan 5,44
Jesús: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, ylo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados» Lucas 12, 1-3.
San Lucas 12
1. En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse.
3. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados.
4. «Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
5. Os mostraré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os repito: temed a ése.
6. «¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios.
7. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos.
8. «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios.
9. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
10. «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
11. Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
12. porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»
13. Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
14. El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
15. Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
16. Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
17. y pensaba entre sí, diciendo: «¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?»
18. Y dijo: «Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
19. y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.»
20. Pero Dios le dijo: «¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?»
21. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.»
22. Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis:
23. porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido;
24. fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!
25. Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida?
26. Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás?
27. Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28. Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe!
29. Así pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos.
30. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso.
31. Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura.